Manejar una enfermedad crónica es una actividad muy compleja que implica más de lo estrictamente médico. Las familias, en particular las de bajos ingresos, se enfrentan a situaciones difíciles; para la mayoría de ellas el cuidado residencial no es una opción y cada vez más dependerán de sus propios mecanismos de apoyo; esto hace del cuidado familiar un asunto de salud pública y de enfermería en especial. El artículo muestra que los cuidadores son activos creadores de un mundo que les proporciona recursos para hacer frente al cuidado cotidiano del paciente.