La esclerosis múltiple, también llamada EM, es una enfermedad crónica y autoinmune que afecta al sistema nervioso central, es decir, al cerebro y a la médula espinal. Cuando la mielina se daña o se destruye, las señales nerviosas se ralentizan, se distorsionan o se detienen por completo. Es una enfermedad impredecible y su curso varía considerablemente entre los individuos; puede presentarse en brotes o progresar de forma constante y no tiene cura, pero existen tratamientos que pueden ayudar a manejar los síntomas, e incluso reducir la frecuencia y severidad de los brotes. Esta enfermedad tuvo su primer caso en 1421 pero no fue hasta 1868 que realmente se hizo una primera descripción científica acerca de la enfermedad¹.
Entre algunos de sus síntomas se encuentra la pérdida del equilibrio, espacios musculares, problemas para caminar, estreñimiento y escape de heces, escape de orina, visión doble, molestia en los ojos, dolor facial, disminución del período de atención, problemas de erección, pérdida de audición, lenguaje mal articulado o difícil de entender, y problemas para masticar o tragar, entre otros.
Multiple sclerosis, also called MS, is a chronic and autoimmune disease that affects the central nervous system, that is, the brain and spinal cord. When the myelin is damaged or destroyed, nerve signals slow down, become distorted, or stop altogether. It is an unpredictable disease, and its course varies considerably among individuals; it can present in episodes or progress steadily, and there is no cure. However, treatments are available that can help manage symptoms and even reduce the frequency and severity of relapses.
Some of its symptoms include loss of balance, muscle spasms, difficulty walking, constipation and fecal incontinence, urinary incontinence, double vision, eye discomfort, facial pain, decreased attention span, erectile problems, hearing loss, slurred or difficult-to-understand speech, and problems with chewing or swallowing, among others.