La enfermedad de Crohn, junto a la colitis ulcerosa, es una enfermedad inflamatoria que afecta al tubo digestivo en su totalidad, aunque existe una mayor frecuencia en el tracto intestinal, destacando el íleon y el colon1,2, y cuya etiología hasta el momento es desconocida, pero en la que se valoran ciertos aspectos que pueden ser los causantes de la misma3,4.
No necesariamente se mantiene activa desde su aparición, sino que pueden diferenciarse periodos en los que se encuentra más presente y periodos en los que permanece inactiva o en menor intensidad1. Su afección y sintomatología se distribuye por todo el organismo, por lo que existen numerosos signos que pueden confirmar la existencia de EC, entre los que destacan dolor abdominal, pérdida de peso y fiebre1,5.
Su diagnóstico se lleva a cabo a través de pruebas bioquímicas y clínicas y respecto al tratamiento, se han desarrollado diferentes terapias centradas específicamente en cada paciente y en el momento evolutivo en el que se encuentra la enfermedad6,7.
Durante las últimas cinco décadas se ha observado que la enfermedad de Crohn ha sufrido un gran aumento en su prevalencia e incidencia a nivel global, de manera que, aunque su aparición sea inevitable, se pueden llevar a cabo medidas relacionadas con la alimentación o centradas en el bienestar tanto psicológico como físico del individuo, para ayudar a prevenir su aparición y como consecuencia, promocionar la salud6.
Crohn’s disease, along with ulcerative colitis, is an inflammatory disease that affects the digestive tract as a whole, although there is a greater frequency in the intestinal tract, highlighting the ileum and colon1,2, whose etiology is so far unknown, but in which certain aspects that may be causing it are valued3,4.
It is not necessarily active from its inception, but periods in which it is most present and periods in which it remains inactive or lower intensity can be differentiated1. The condition and symptomatology is distributed throughout the body, so there are numerous signs that can confirm the existence of Crohn’s disease, including abdominal pain, weight-loss and fever1,5.
Its diagnosis is carried out through biochemical and clinical testing and regarding treatment, different therapies have been developed focusing especially on each patient and on the evolutionary moment in which the disease is located6,7.
Over the past five decades it has been observed that Crohn’s disease has undergone a large increase in its prevalence and incidence globally, so that, although its onset is inevitable, measures related to food or focused on the psychological and physical well-being of the individual can be carried out, to help prevent its onset and as a consequence, promote health6.