El trasplante hepático es una cirugía mayor que requiere un manejo anestésico y hemodinámico avanzado debido a los cambios fisiológicos que ocurren durante el procedimiento. En este contexto, el catéter de Swan-Ganz es una herramienta clave para la monitorización invasiva de la función cardiovascular.
Este estudio revisa el uso intraoperatorio del catéter de Swan-Ganz en pacientes sometidos a trasplante hepático, destacando su importancia en la evaluación de la presión venosa central, la presión de oclusión del capilar pulmonar y la presión arterial pulmonar. Se realizó una revisión sistemática de la literatura en bases de datos científicas y protocolos clínicos hospitalarios.
Los resultados muestran que el catéter de Swan-Ganz proporciona información hemodinámica precisa, permitiendo diferenciar estados de shock, manejar alteraciones en la precarga y optimizar la administración de fluidos y fármacos vasoactivos. Aunque su uso no está universalmente indicado, se considera fundamental en situaciones de inestabilidad hemodinámica en trasplantes hepáticos. Además, facilita la detección y manejo de complicaciones intraoperatorias, como el síndrome de reperfusión.
En conclusión, el catéter de Swan-Ganz sigue siendo una herramienta valiosa en el monitoreo hemodinámico durante el trasplante hepático, contribuyendo a una mejor toma de decisiones clínicas y a la optimización del estado cardiovascular del paciente.
Liver transplantation is a major surgery that requires advanced anesthetic and hemodynamic management due to the physiological changes occurring during the procedure. In this context, the Swan-Ganz catheter is a key tool for invasive cardiovascular monitoring.
This study reviews the intraoperative use of the Swan-Ganz catheter in liver transplant patients, highlighting its importance in assessing central venous pressure, pulmonary capillary wedge pressure, and pulmonary arterial pressure. A systematic review of the literature was conducted using scientific databases and hospital clinical protocols.
The results show that the Swan-Ganz catheter provides precise hemodynamic information, allowing differentiation of shock states, management of preload alterations, and optimization of fluid and vasoactive drug administration. Although its use is not universally indicated, it is considered essential in cases of hemodynamic instability in liver transplantation. Additionally, it facilitates the detection and management of intraoperative complications, such as reperfusion syndrome.
In conclusion, the Swan-Ganz catheter remains a valuable tool for hemodynamic monitoring during liver transplantation, contributing to improved clinical decision-making and optimization of the patient’s cardiovascular status.