En las últimas décadas, el interés por los efectos de los anestésicos sobre la respuesta inmune ha crecido, ya que alteraciones en la función inmunitaria pueden influir en la recuperación del paciente, en la aparición de complicaciones postoperatorias, y en la respuesta a infecciones. La inmunosupresión inducida por anestesia general aumenta el riesgo de infecciones, complicaciones y una mayor estancia hospitalaria.
En este artículo se analizan diversos estudios que muestran cómo la anestesia general afecta a las células inmunitarias, como los linfocitos T, las células dendríticas y los macrófagos. Se ha observado que los anestésicos generales inducen un aumento en la producción de citoquinas proinflamatorias (interleucina 6, TNF-α, IL-1β) y reducen la activación de las células T, lo que desregula tanto la respuesta inmune innata como la adaptativa. Estos efectos son más evidentes en las primeras 24 horas postquirúrgicas, durante las cuales el sistema inmunológico experimenta un pico de citoquinas seguido de una disminución de linfocitos T, lo que puede poner a los pacientes en mayor riesgo de complicaciones infecciosas.
Se han identificado efectos inmunosupresores específicos de varios anestésicos comunes, como el propofol, los agentes inhalatorios desfluorano e isoflurano, y la ketamina. El propofol altera la actividad de las células Natural Killer y reduce la proliferación de linfocitos T, mientras que los gases inhalatorios como el isoflurano y desfluorano disminuyen la actividad de las células dendríticas y reducen las citoquinas antiinflamatorias, lo que incrementa el riesgo de inflamación sistémica. Por otro lado, la ketamina presenta un perfil dual, mostrando efectos inmunoestimulantes a bajas dosis y efectos inmunosupresores a dosis altas. Estos hallazgos resaltan la necesidad de evaluar cuidadosamente el uso de anestésicos en pacientes con mayor riesgo de infecciones o disfunción inmunológica y sugieren que futuras investigaciones deben enfocarse en mitigar estos efectos adversos.
In recent decades, there has been growing interest in the effects of anesthetics on the immune response, as alterations in immune function can influence patient recovery, the development of postoperative complications, and the response to infections. Immunosuppression induced by general anesthesia increases the risk of infections, complications, and prolonged hospital stays.
This article reviews several studies showing how general anesthesia affects immune cells such as T lymphocytes, dendritic cells, and macrophages. It has been observed that general anesthetics induce an increase in the production of proinflammatory cytokines (interleukin 6, TNF-α, IL-1β) and reduce T cell activation, which disrupts both innate and adaptive immune responses. These effects are most evident in the first 24 hours post-surgery, during which the immune system experiences a cytokine peak followed by a decrease in T lymphocytes, placing patients at greater risk for infectious complications.
Specific immunosuppressive effects of several common anesthetics, such as propofol, inhalational agents desflurane and isoflurane, and ketamine, have been identified. Propofol alters the activity of Natural Killer cells and reduces T lymphocyte proliferation, while inhalational gases like isoflurane and desflurane decrease dendritic cell activity and reduce anti-inflammatory cytokines, increasing the risk of systemic inflammation. On the other hand, ketamine presents a dual profile, showing immune-stimulatory effects at low doses and immunosuppressive effects at high doses. These findings emphasize the need to carefully evaluate the use of anesthetics in patients at higher risk for infections or immune dysfunction and suggest that future research should focus on mitigating these adverse effects.