La preparación adecuada para una colonoscopia es crucial para garantizar una visualización óptima del colon y mejorar los resultados del procedimiento. La calidad de la preparación influye directamente en la efectividad del examen, ya que una preparación insuficiente puede comprometer la visualización, aumentando la tasa de cancelaciones y dificultando el diagnóstico. Existen diversas estrategias farmacológicas y dietéticas para la preparación intestinal, entre las cuales los laxantes son fundamentales. Los más comunes incluyen el polietilenglicol (PEG), que es el estándar de oro, y los laxantes a base de sales, como el fosfato sódico, que son eficaces, pero presentan limitaciones en ciertos pacientes. Las preparaciones de dosis reducida han ganado popularidad debido a su mejor tolerabilidad. Además de los laxantes, las dietas líquidas y bajas en residuos son esenciales para mejorar la limpieza del colon. Los pacientes deben seguir una dieta líquida clara durante las 24 horas previas a la colonoscopia para reducir la cantidad de residuos fecales. La combinación de laxantes y dietas específicas mejora la calidad de la preparación, lo que se traduce en una mejor visualización durante el procedimiento. A pesar de los avances en la formulación de preparaciones, la aceptación por parte de los pacientes sigue siendo un desafío, especialmente con soluciones que requieren la ingestión de grandes volúmenes de líquido. Las tendencias actuales apuntan a preparaciones con menor volumen y mayor comodidad para los pacientes, lo que podría mejorar tanto la adherencia al régimen como la satisfacción general. La selección del régimen de preparación adecuado depende de varios factores, como la salud general del paciente y la eficacia del tratamiento.
Adequate preparation for colonoscopy is crucial to ensure optimal visualization of the colon and improve procedural outcomes. The quality of preparation directly influences the effectiveness of the examination, as inadequate preparation can compromise visualization, increasing cancellation rates and making diagnosis more difficult. Various pharmacological and dietary strategies are available for bowel preparation, with laxatives being central. The most common include polyethylene glycol (PEG), considered the gold standard, and saline-based laxatives such as sodium phosphate, which are effective but have limitations in certain patients. Reduced-dose preparations have gained popularity due to their better tolerability. In addition to laxatives, clear liquid and low-residue diets are essential for improving colon cleanliness. Patients are instructed to follow a clear liquid diet 24 hours before the colonoscopy to reduce fecal residue. The combination of laxatives and specific diets enhances the quality of preparation, leading to improved visualization during the procedure. Despite advances in preparation formulations, patient acceptance remains a challenge, especially with solutions requiring the ingestion of large volumes of liquid. Current trends focus on preparations with lower volume and greater comfort for patients, which may improve adherence to the regimen and overall satisfaction. The selection of the appropriate preparation regimen depends on factors such as the patient’s overall health and the treatment’s effectiveness.