Rocío Puerta Castro, Paula Verdugo Altamirano, María Luisa Pineda Romero, Cristina Rodríguez Casanueva, Karen Vanessa Mira Escobar
Introducción: Las UPP son un problema serio de salud pública que afecta a la movilidad, mortalidad y calidad de vida de las personas, especialmente en ancianos y aquellos con movilidad reducida. Estas úlceras causan dolor y aumentan el riesgo de infecciones, malnutrición, costos en salud y aumento de trabajo en enfermería. Para mejorar la situación, se han creado Guías de Buenas Prácticas (GBP) que ofrecen recomendaciones basadas en evidencia.
Objetivo: Esta revisión pretende analizar las estrategias de mejora para la prevención y el manejo de úlceras por presión en diferentes entornos asistenciales.
Método: Revisión bibliográfica utilizando dos bases de datos (PubMed y Scielo). Las búsquedas en estas se realizaron utilizando filtros como idioma y año de publicación.
Resultados: Los estudios muestran que las UPP son un problema de salud pública que puede ser prevenido. Los factores de riesgo incluyen la edad, estancia en UCI, diabetes, etc. La implementación de guías y programas de prevención ha reducido la incidencia de UPP en varios hospitales. Sin embargo, aún hay debilidades en la evaluación del riesgo durante el ingreso y al alta. También hay controversia sobre la frecuencia de cambios posturales, con evidencia que sugiere intervalos de 3-4 horas para mejorar el cuidado. A pesar de actitudes positivas de los profesionales, hay barreras organizacionales, falta de personal y deficiencias en conocimientos que dificultan la prevención de UPP. Conclusión: La implementación de Guías de Buenas Prácticas ha reducido las úlceras por presión, pero hay desafíos organizacionales. La rotación de personal y la falta de tiempo afectan a la prevención. Se debate la frecuencia ideal para cambios posturales y la utilización de colchones viscoelásticos, aunque no hay datos claros sobre su efectividad en atención domiciliaria.
Background: Pressure ulcers are a serious public health problem that affects mobility, mortality, and quality of life, especially among the elderly and those with limited mobility. These ulcers cause pain and increase the risk of infection, malnutrition, healthcare costs, and increased nursing workload. To improve the situation, Good Practice Guidelines (GPGs) have been developed, offering evidence-based recommendations. Aim: This review aims to analyze improvement strategies for the prevention and management of pressure ulcers in different healthcare settings.
Method: Literature review using two databases (PubMed and Scielo). Searches were conducted using filters such as language and year of publication.
Results: Studies show that pressure ulcers are a preventable public health problem. Risk factors include age, ICU stay, diabetes, etc. The implementation of prevention guidelines and programs has reduced the incidence of pressure ulcers in several hospitals. However, weaknesses remain in risk assessment during admission and discharge. There is also controversy regarding the frequency of repositioning, with evidence suggesting intervals of 3–4 hours to improve care. Despite positive attitudes among professionals, organizational barriers, staffing shortages, and knowledge deficiencies hinder pressure ulcer prevention. Conclusion: The implementation of Good Practice Guidelines has reduced pressure ulcers, but there are organizational challenges. Staff turnover and lack of time hinder prevention. The ideal frequency for positioning changes and the use of memory foam mattresses is debated, although there is no clear data on their effectiveness in home care.