Carmen Sepúlveda Parra
, María Eugenia Rapimán Salazar
, Ingrid Ilse Allers Haschke
Introducción. La creciente complejidad del ámbito de la salud exige estrategias innovadoras para formar enfermeros socialmente comprometidos y orientados a mejorar la calidad de vida. La incorporación de guías clínicas basadas en la evidencia permite articular teoría y práctica, fortaleciendo la formación académica y la calidad de los cuidados. Objetivo. Describir vivencias, logros y dificultades de académicos en la incorporación de cuatro guías clínicas desarrolladas por la Registered Nurses’ Association of Ontario en el programa de formación en Enfermería en la Universidad Diego Portales (Chile). Metodología. Se realizó una investigación cualitativodescriptiva mediante entrevistas semiestructuradas a nueve docentes de los cinco años de la carrera, analizadas a través de contenido temático de las narraciones. Resultados. La implementación evolucionó de enfoques intuitivos a prácticas demostrativas y aplicadas, dinamizando el aprendizaje. Los docentes resaltaron el fortalecimiento del trabajo en equipo y el cuidado centrado en la persona. No obstante, surgieron desafíos en la reflexión colectiva para asegurar una implementación sostenible y contextualizada al pregrado. Discusión. La implementación de cuatro guías de buenas prácticas clínicas coincide con investigaciones que emplean talleres, simulaciones y análisis clínicos como estrategias efectivas. Los docentes valoraron su impacto como herramientas unificadoras que brindan seguridad, aunque señalaron retos en formación continua y reflexión pedagógica, claves para mejorar la calidad y sostenibilidad del proyecto. Conclusiones. En la formación de pregrado, estas guías facilitan la transición del conocimiento teórico a la práctica, fortaleciendo el aprendizaje estudiantil y promoviendo el trabajo en equipo. Aunque los docentes valoran su impacto, se requiere superar los desafíos en reflexión pedagógica y formación para consolidar su sostenibilidad.
Introduction. Complexity in health requires innovative strategies to train nurses capable of responding to social commitment and improving life quality. Best Clinical Practice Guidelines integrate theory and evidence-based practice, strengthening academic training and health care. Objective. To describe the experiences, achievements, and challenges of academics in the incorporation of four clinical guidelines developed by the Registered Nurses Association of Ontario into the nursing education programme at Universidad Diego Portales, Chile. Methodology. Descriptive qualitative research using semi-structured interviews with nine lecturers who teach throughout the five-year program, analysed through the thematic content of the narratives. Results. The implementation moved from intuitive approaches to demonstrative and applied practices, making learning more dynamic. Teachers highlighted the strengthening of teamwork and person centred care. However, challenges were identified in collective reflection to ensure a sustainable implementation adapted to the undergraduate context. Discussion. The implementation four Good Clinical Practice Guidelines coincide with research using workshops, simulations and clinical analysis as effective strategies. The teachers valued their impact as unifying tools that provide safety, although pointing out challenges in continuous training and pedagogical reflection, which are key to improving the quality and sustainability of the project. Conclusions. In undergraduate education, these guides facilitate the transition from theoretical knowledge to practice, strengthening student learning and promoting teamwork. Although teachers value their impact, challenges in pedagogical reflection and training need to be overcome in order to consolidate their sustainability.