Elena García Carmona, Elvira Justa Toro Peña, Eulogio Ambite-Lobato, Ana Redondo Villatoro, Manuel Pantoja Garrido
• La enfermedad inflamatoria pélvica es una patología infratratada e infradiagnosticada, que engloba patología infecciosa del tracto genital inferior femenino, con repercusión negativa en la esfera sexual y reproductiva de la mujer • Su diagnóstico sigue siendo fundamentalmente clínico a día de hoy, a pesar de tener a nuestro alcance pruebas complementarias que ayudan a un diagnóstico más específico.
• Una clínica compatible: mujer sexualmente activa, con dolor pélvico sin otra causa justificable y tacto bimanual doloroso, será suficiente para iniciar tratamiento empírico con antibioterapia incluso desde el especialista de atención primaria.
• Las pruebas complementarias ayudan a aumentar la especifidad del diagnóstico, así como establecer qué pacientes son candidatas a ingreso hospitalario: analítica, pruebas de imagen, toma de muestras microbiológicas.
• En casos de duda acerca de si es necesario el ingreso hospitalario (paciente inestable, mala respuesta al tratamiento ambulatorio), pacientes gestantes o postmenopáusicas, se derivará tras la sospecha clínica a Ginecología y Obstetricia para valoración.
• Es fundamental en el manejo la información a la paciente así como la importancia de un seguimiento posterior hasta una resolución completa del cuadro para minimizar efectos negativos a medio y largo plazo.