El síndrome de Down, causado por una trisomía en el cromosoma 21, representa uno de los desórdenes cromosómicos más prevalentes a nivel mundial y supone la causa más frecuente de retraso mental. Los bebés con síndrome de Down tienen un desarrollo motor parecido a los demás niños, aunque más lento. Estos niños presentan dificultades en relación con el equilibrio y la coordinación, movimientos atípicos y problemas musculoesqueléticos, agravados por alteraciones del tono muscular, laxitud ligamentosa y alteraciones en el rango de movimiento. El déficit cognitivo exacerba los problemas de coordinación y dificulta la adquisición de nuevas habilidades motrices. Existe evidencia de que la fisioterapia puede mejorar de manera significativa el estado físico de los niños con síndrome de Down, desde distintos abordajes adaptados a cada caso y dentro de una atención multidisciplinar, con mayor impacto si se realiza una intervención temprana. Dentro de las intervenciones que han demostrado su eficacia encontramos el trabajo en cinta de marcha, entrenamiento de resistencia, entrenamiento de equilibrio, ejercicios de core o entrenamiento en bicicleta. Además, según la evidencia, comenzar el tratamiento antes de los 42 meses, y especialmente antes del primer año, afecta de forma positiva al desarrollo motor grueso, fino y global.
Down syndrome, caused by a trisomy on chromosome 21, is one of the most prevalent chromosomal disorders worldwide and the most common cause of mental retardation. Motor development in infants with Down syndrome is similar to other children, although slower. These children have difficulties with balance and coordination, atypical movements and musculoskeletal problems, aggravated by alterations in muscle tone, ligamentous laxity and alterations in range of motion. Cognitive deficits exacerbate coordination problems and hinder the acquisition of new motor skills. There is evidence that physical therapy can significantly improve the physical condition of children with Down syndrome, from different approaches adapted to each case and within a multidisciplinary care, with greater impact if an early intervention is provided. Among the interventions that have proven to be effective are treadmill training, resistance training, balance training, core exercises or bicycle training. Furthermore, according to the evidence, starting treatment before 42 months, and especially before the first year, positively affects gross, fine and global motor development.