Luz Divina Mata Crespo, Jorge Sánchez Melús
El hipotiroidismo es una disfunción endocrina común que se caracteriza por una producción insuficiente de hormonas tiroideas, fundamentales para el metabolismo y diversas funciones corporales. Su forma más habitual es el hipotiroidismo primario, con la tiroiditis de Hashimoto como principal causa en países desarrollados, mientras que la deficiencia de yodo predomina en regiones con acceso nutricional limitado. Esta patología afecta mayoritariamente a mujeres y personas mayores, y puede presentarse de forma clínica o subclínica. La sintomatología es amplia y a menudo inespecífica, abarcando desde fatiga y aumento de peso hasta trastornos menstruales y deterioro cognitivo. El diagnóstico se basa en la medición de TSH y T4 libre, complementado con anticuerpos anti-TPO para identificar etiología autoinmune. En casos especiales, se recurre a estudios de imagen. El tratamiento estándar es la levotiroxina, cuya dosis debe ajustarse según las características individuales del paciente. En hipotiroidismo subclínico, el manejo varía dependiendo de factores clínicos y de riesgo. La adherencia terapéutica y el seguimiento son claves para asegurar la eficacia del tratamiento. En general, el pronóstico es favorable cuando se realiza un diagnóstico precoz y se mantiene una terapia adecuada, aunque algunos pacientes pueden presentar síntomas persistentes que requieren reevaluación. El cribado neonatal ha mejorado significativamente el pronóstico del hipotiroidismo congénito. En conjunto, un abordaje integral que incluya prevención, diagnóstico temprano y tratamiento personalizado es esencial para optimizar los resultados clínicos y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Esta revisión pretende ofrecer una visión actualizada y completa del hipotiroidismo desde una perspectiva clínica y epidemiológica, destacando la importancia de su reconocimiento y manejo adecuado en la práctica médica cotidiana.
Hypothyroidism is a common endocrine disorder characterized by insufficient production of thyroid hormones, which are essential for metabolism and various physiological functions. The most frequent form is primary hypothyroidism, with Hashimoto’s thyroiditis being the leading cause in developed countries, whereas iodine deficiency remains relevant in areas with limited nutritional access. This condition primarily affects women and older adults and may present as either clinical or subclinical hypothyroidism. The symptomatology is broad and often nonspecific, including fatigue, weight gain, menstrual irregularities, and cognitive impairment. Diagnosis relies on the measurement of TSH and free T4, with anti-TPO antibodies used to identify autoimmune etiology. Imaging studies may be necessary in specific cases. Standard treatment involves levothyroxine, a synthetic thyroid hormone, with dosage individualized based on body weight, age, cardiovascular status, and TSH levels. Management of subclinical hypothyroidism is more nuanced, depending on clinical symptoms and risk factors. Adherence to therapy and regular follow-up are essential for ensuring treatment effectiveness. Generally, the prognosis is favorable with early diagnosis and proper therapy, although some patients may experience persistent symptoms that warrant reassessment. In congenital hypothyroidism, early treatment initiation is key to preventing irreversible neurological damage. Public health initiatives, such as neonatal screening, have significantly improved outcomes. This review offers an updated and comprehensive overview of hypothyroidism from a clinical and epidemiological perspective, emphasizing the need for early detection, individualized treatment, and continuous patient education. A multidisciplinary and preventive approach is vital to optimizing clinical outcomes and improving the quality of life of affected individuals.