El dolor oncológico es uno de los síntomas más frecuentes y debilitantes en pacientes con cáncer. Se presenta en una amplia variedad de formas, desde dolor agudo relacionado con procedimientos médicos hasta dolor crónico debido al avance de la enfermedad. Este dolor puede afectar significativamente la calidad de vida del paciente, empeorando el pronóstico general y afectando su bienestar físico y emocional. El manejo adecuado del dolor oncológico requiere un enfoque integral que incluya tanto tratamientos farmacológicos como intervenciones no farmacológicas, ajustados a las necesidades de cada paciente.
En la fisiopatología del dolor oncológico intervienen diversos mecanismos, como la invasión de estructuras nerviosas por el tumor, la inflamación asociada al cáncer y los efectos secundarios de los tratamientos. El diagnóstico del dolor oncológico se basa en una evaluación exhaustiva de su origen, tipo y características, utilizando escalas de medición del dolor y técnicas de imagen. Los fármacos analgésicos, como los opioides, los AINEs y los analgésicos adyuvantes, constituyen el pilar del tratamiento, pero en algunos casos también pueden ser necesarias intervenciones quirúrgicas o radioterapia.
El tratamiento eficaz del dolor oncológico no solo mejora la calidad de vida, sino que también favorece el manejo de otros síntomas relacionados con el cáncer. El pronóstico depende de la localización y extensión del tumor, la respuesta al tratamiento del dolor y las comorbilidades asociadas. Es esencial la participación activa del equipo multidisciplinario en el manejo del dolor, con el objetivo de proporcionar alivio y mejorar el bienestar integral del paciente.
Cancer pain is one of the most common and debilitating symptoms in patients with cancer. It manifests in various forms, ranging from acute pain related to medical procedures to chronic pain caused by the progression of the disease. This pain significantly impacts the patient’s quality of life, worsening the overall prognosis and affecting their physical and emotional well-being. Proper management of cancer pain requires a comprehensive approach that includes both pharmacological treatments and non-pharmacological interventions, tailored to each patient’s needs.
The pathophysiology of cancer pain involves multiple mechanisms, such as tumor invasion of nerve structures, inflammation associated with cancer, and side effects of treatments. Diagnosing cancer pain is based on a thorough assessment of its origin, type, and characteristics, using pain assessment scales and imaging techniques. Analgesic drugs, such as opioids, NSAIDs, and adjuvant analgesics, are the cornerstone of treatment, but in some cases, surgical interventions or radiotherapy may also be required.
Effective cancer pain management not only improves quality of life but also supports the management of other cancer-related symptoms. The prognosis depends on the location and extent of the tumor, pain treatment response, and associated comorbidities. Active involvement of a multidisciplinary team in pain management is essential to provide relief and enhance the patient’s overall well-being.