La enfermedad celíaca es una condición autoinmune que afecta aproximadamente al 1% de la población. Se desencadena por la ingestión de la proteína gliadina presente en el gluten, que se encuentra en cereales como el trigo y la cebada. Esta enfermedad causa inflamación en el intestino delgado, lo que puede llevar a síntomas agudos como diarrea, estreñimiento y náuseas. En los últimos años, ha habido un aumento en los diagnósticos, incluso en personas mayores, debido a mejores pruebas de detección.
La prevalencia de la enfermedad celíaca ha ido en aumento en países occidentales y entre familiares de personas afectadas, así como en pacientes con síndrome de Down. En los últimos 30 años, la incidencia ha crecido significativamente. Son más propensas a desarrollarla las personas con enfermedades autoinmunes, diabetes tipo 1, y otras condiciones clínicas.
El diagnóstico de la celiaquía se realiza a través de biopsias duodenales y pruebas serológicas, aunque ninguna prueba actual es 100% efectiva. Para diagnosticar, se utiliza la «regla de los cuatro de cinco», donde se deben cumplir cuatro de varios criterios clínicos y de laboratorio.
Un diagnóstico tardío o un mal seguimiento de la dieta sin gluten puede aumentar el riesgo de complicaciones graves, aunque estos casos son pocos. Los síntomas persistentes a pesar de cumplir con la dieta deben ser investigados. Actualmente, la única forma efectiva de tratamiento es seguir una dieta sin gluten de por vida, lo que mejora los síntomas y la salud intestinal, aunque también puede afectar la calidad de vida del paciente debido a temores y deficiencias nutricionales.
Para la prevención, hay que cuidar la microbiota y la dieta infantil. La detección temprana también es importante, y el cribado masivo puede ayudar a identificar casos asintomáticos.
Celiac disease is an autoimmune condition that affects approximately 1% of the population. It is triggered by the ingestion of the gliadin protein present in gluten, which is found in cereals such as wheat and barley. This disease causes inflammation in the small intestine, which can lead to acute symptoms such as diarrhea, constipation and nausea. In recent years, there has been an increase in diagnoses, even in older people, due to better screening tests.
The prevalence of celiac disease has been increasing in Western countries and among relatives of affected individuals, as well as in patients with Down syndrome.
In the last 30 years, the incidence has increased significantly. People with autoimmune diseases, type 1 diabetes, and other clinical conditions are more likely to develop celiac disease.
Diagnosis of celiac disease is made through duodenal biopsies and serological tests, although no current test is 100% effective. To diagnose, the “four out of five rule” is used, where four of several clinical and laboratory criteria must be met.
Late diagnosis or poor adherence to the gluten-free diet can increase the risk of serious complications, although such cases are rare. Persistent symptoms despite compliance with the diet should be investigated. Currently, the only effective form of treatment is to follow a lifelong gluten-free diet, which improves symptoms and intestinal health, although it can also affect the patient’s quality of life due to fears and nutritional deficiencies.
For prevention, the microbiota and children’s diet must be taken care of. Early detection is also important, and mass screening can help identify asymptomatic cases.