El contacto piel con piel inmediato tras el parto consiste en colocar al recién nacido desnudo sobre el pecho desnudo de su madre justo después del nacimiento, sin interrupciones innecesarias y antes de realizar procedimientos clínicos no urgentes. Esta práctica, recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y múltiples sociedades científicas, se ha consolidado como una intervención clave dentro del enfoque de atención perinatal humanizada y centrada en la fisiología del nacimiento.
Este estudio revisa la evidencia científica más actual sobre la efectividad del contacto piel con piel en recién nacidos sanos a término. A través de una revisión de 22 estudios publicados entre 2013 y 2024, se analizan las características de la técnica, los beneficios clínicos para el neonato y la madre, así como el papel fundamental de la matrona como garante y promotora de su correcta implementación.
En el neonato, se ha demostrado que el contacto piel con piel mejora la termorregulación, estabiliza la frecuencia cardiaca y respiratoria, facilita el inicio precoz y eficaz de la lactancia materna, reduce el llanto neonatal y fortalece el vínculo afectivo desde el primer momento. En la madre, se asocia con una mayor liberación de oxitocina, menor sangrado postparto y reducción de la ansiedad inmediata.
La inclusión sistemática del contacto piel con piel en los protocolos asistenciales mejora la calidad de la atención, reduce intervenciones innecesarias y respalda una experiencia de parto más positiva, segura y respetuosa, tanto para la madre como para el recién nacido.
Immediate skin-to-skin contact after birth involves placing the naked newborn directly on the mother’s bare chest immediately after delivery, without unnecessary interruptions and prior to any non-urgent clinical procedures. This practice, recommended by the World Health Organization (WHO), UNICEF, and various scientific organizations, has become a cornerstone of humanized and physiology-centered perinatal care due to its numerous physiological, emotional, and nutritional benefits.
This study reviews the most recent scientific evidence on the effectiveness of immediate skin-to-skin contact in healthy term newborns. Through a review of 22 studies published between 2013 and 2024, the characteristics and proper application of the technique are analyzed, along with its clinical benefits for both the neonate and the mother, and the essential role of the midwife in ensuring its successful implementation.
For the newborn, skin-to-skin contact has been shown to enhance thermoregulation, stabilize cardiorespiratory function, promote early and effective initiation of breastfeeding, reduce crying, and strengthen emotional bondingfrom the first moments of life. For the mother, it is associated with increased oxytocin release, reduced postpartum bleeding, and lower anxiety levels.
The systematic integration of immediate skin-to-skin contact into clinical care protocols is a key indicator of high-quality perinatal care. It minimizes unnecessary interventions, supports natural physiological processes, and contributes to a more positive, safe, and respectful birth experience for both mother and newborn. The midwife plays a central role in advocating for and facilitating this essential practice in all birth settings.