El envejecimiento de la población española, que se proyecta como una de las más envejecidas de la Unión Europea para 2050, ha incrementado la preocupación por la prescripción potencialmente inadecuada (PPI) de medicamentos en adultos mayores.
La PPI se define como el uso de fármacos cuyos riesgos superan los beneficios, con duraciones prolongadas, interacciones peligrosas o duplicidades, así como la omisión de tratamientos necesarios. Este problema es especialmente relevante en residencias geriátricas, donde la fragilidad y la multimorbilidad son comunes.
Entre las herramientas más utilizadas en Europa para identificar la PPI destacan los criterios STOPP/START, validados en varios países y adaptados al contexto español. Estos criterios han demostrado su eficacia para detectar medicamentos inapropiados y omisiones terapéuticas, asociándose con resultados negativos como efectos adversos graves, reingresos hospitalarios y una reducción en la calidad de vida.
Los medicamentos más frecuentemente implicados incluyen benzodiacepinas de acción prolongada, antiinflamatorios no esteroideos (AINE), inhibidores de la bomba de protones (IBP) y fármacos con propiedades anticolinérgicas.
La prevalencia de PPI en hogares de ancianos ha aumentado al 49,8 % después de 2005, siendo casi el doble en Europa que en América del Norte. Esto subraya la necesidad de estrategias efectivas, como la formación de equipos multidisciplinares, la mejora de la comunicación entre profesionales, el uso de herramientas de desprescripción para reducir la polifarmacia, el uso de programas de prescripción informáticas para evitar interacciones y duplicidades y optimizar los tratamientos.
Esta revisión bibliográfica, basada en bases de datos como PubMed y Cochrane, identifica los medicamentos más implicados en la PPI y analiza intervenciones para mejorar la prescripción. Se concluye que, sin intervenciones adecuadas, la prevalencia de PPI no disminuirá, lo que afectará negativamente a la salud de los adultos mayores y aumentará la carga económica en los sistemas sanitarios. Futuros estudios deben centrarse en estrategias combinadas para minimizar el uso inadecuado de medicamentos en residencias geriátricas.
The aging of the Spanish population, projected to be one of the oldest in the European Union by 2050, has increased concerns about potentially inappropriate prescribing (PIP) of medications in older adults. PIP is defined as the use of drugs whose risks outweigh their benefits, with prolonged durations, dangerous interactions, or duplications, as well as the omission of necessary treatments. This issue is particularly relevant in nursing homes, where frailty and multimorbidity are common.
Among the most widely used tools in Europe to identify PIP are the STOPP/START criteria, validated in several countries and adapted to the Spanish context. These criteria have proven effective in detecting inappropriate medications and therapeutic omissions, associated with negative outcomes such as serious adverse effects, hospital readmissions, and reduced quality of life. The most frequently implicated medications include long-acting benzodiazepines, nonsteroidal anti-inflammatory drugs (NSAIDs), proton pump inhibitors (PPIs), and drugs with anticholinergic properties.
The prevalence of PIP in nursing homes has increased to 49.8% after 2005, with higher rates in Europe (49.0%) than in North America (26.8%). This underscores the need for effective strategies, such as the formation of multidisciplinary teams, improved communication among healthcare professionals, the use of deprescribing tools to reduce polypharmacy, and the implementation of computerized prescribing programs to avoid interactions and duplications, thereby optimizing treatments.
This literature review, based on databases such as PubMed and Cochrane, identifies the medications most involved in PIP and analyzes interventions to improve prescribing. It concludes that, without appropriate interventions, the prevalence of PIP will not decrease, negatively affecting the health of older adults and increasing the economic burden on healthcare systems. Future studies should focus on combined strategies to minimize inappropriate medication use in nursing homes.