El infarto agudo de miocardio (IAM) constituye una de las principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial, representando una emergencia médica que requiere intervención inmediata y cuidados integrales. Desde la perspectiva de enfermería, el abordaje de estos pacientes va más allá de la atención clínica inmediata, exigiendo una valoración holística que permita identificar necesidades reales y potenciales que incidan en su proceso de recuperación.
Este artículo presenta el caso clínico de un paciente masculino de 64 años diagnosticado con IAM, abordado desde la valoración enfermera basada en el modelo de las 14 necesidades básicas de Virginia Henderson. A partir de esta valoración se identificaron diagnósticos enfermeros según la taxonomía NANDA, permitiendo establecer objetivos de cuidado y diseñar intervenciones personalizadas, orientadas tanto a la estabilización clínica como a la recuperación funcional, emocional y social del paciente.
La aplicación del modelo de Virginia Henderson facilitó un plan de cuidados centrado en mantener la autonomía del paciente, reducir el riesgo de complicaciones y promover su adaptación al proceso de enfermedad. Este enfoque reafirma el valor de la enfermería en el tratamiento integral del IAM, destacando su rol fundamental en la atención continua y humanizada.
Acute myocardial infarction (AMI) is one of the leading causes of morbidity and mortality worldwide, representing a medical emergency that requires immediate intervention and comprehensive care. From the nursing perspective, the management of these patients goes beyond immediate clinical attention, requiring a holistic assessment that identifies actual and potential needs affecting the recovery process.
This article presents the clinical case of a 64-year-old male patient diagnosed with AMI, approached through nursing assessment based on Virginia Henderson’s model of the 14 basic human needs. Based on this framework, nursing diagnoses were identified according to the NANDA taxonomy, allowing the establishment of care objectives and the design of personalized interventions aimed at clinical stabilization, as well as functional, emotional, and social recovery.
The application of the Virginia Henderson model facilitated a care plan focused on maintaining the patient’s autonomy, reducing the risk of complications, and promoting adaptation to the disease process. This approach reaffirms the value of nursing in the comprehensive treatment of AMI, highlighting its essential role in continuous and humanized care.