Este caso clínico aborda el cuidado integral de un paciente de 68 años diagnosticado con cáncer de pulmón en fase terminal con metástasis ósea, quien recibe tratamiento paliativo en su domicilio. En esta etapa avanzada de la enfermedad, el enfoque de los cuidados se centra en mejorar la calidad de vida del paciente, aliviar el sufrimiento y brindar apoyo tanto al paciente como a su familia. La atención domiciliaria permite que el paciente permanezca en un entorno familiar, lo que puede contribuir a su bienestar emocional y favorecer una atención más personalizada.
A través de una valoración de enfermería basada en el modelo de Virginia Henderson, se identificaron diversas alteraciones en las necesidades básicas del paciente, entre ellas el dolor crónico de difícil manejo, el deterioro progresivo de la movilidad, el alto riesgo de desarrollar úlceras por presión debido a la inmovilidad prolongada y un marcado sufrimiento emocional asociado a la enfermedad y su pronóstico.
Para abordar estas problemáticas, se implementaron intervenciones específicas como el manejo del dolor a través de un esquema analgésico ajustado a las necesidades del paciente, la aplicación de cambios posturales frecuentes para prevenir complicaciones, el apoyo emocional continuo tanto para el paciente como para sus cuidadores y la realización de cuidados de la piel para evitar la aparición de lesiones.
La evaluación de las intervenciones mostró resultados favorables, con una mejoría en el control del dolor, una disminución de la ansiedad y una mayor comodidad para el paciente. Estos hallazgos resaltan la importancia de la atención integral en cuidados paliativos, donde el rol de la enfermería es clave para garantizar el bienestar y la dignidad del paciente en la etapa final de su vida.
This clinical case addresses the comprehensive care of a 68 year old patient diagnosed with terminal-stage lung cancer with bone metastases, receiving palliative treatment at home. In this advanced stage of the disease, the focus of care is on improving the patient’s quality of life, relieving suffering, and providing support to both the patient and their family. Home-based care allows the patient to remain in a familiar environment, which can contribute to emotional well-being and enable more personalized attention.
Through a nursing assessment based on Virginia Henderson’s model, various alterations in the patient’s basic needs were identified, including chronic pain that was difficult to manage, progressive mobility deterioration, a high risk of developing pressure ulcers due to prolonged immobility, and significant emotional distress associated with the disease and its prognosis.
To address these issues, specific interventions were implemented, such as pain management through an analgesic regimen tailored to the patient’s needs, frequent repositioning to prevent complications, continuous emotional support for both the patient and caregivers, and skin care to avoid the development of lesions.
The evaluation of these interventions showed favorable results, with improved pain control, reduced anxiety, and greater comfort for the patient. These findings highlight the importance of comprehensive palliative care, where the role of nursing is essential in ensuring the patient’s well-being and dignity in the final stage of life.