F. Cabanes, María José Sangüesa Nebot
Objetivo. Conocer la práctica sobre transfusiones de hematíes entre traumatólogos-ortopedas en España y la importancia dada al uso de las técnicas de hemoderivados.
Material y método. Se remitieron 100 cartas a otros tantos servicios de Traumatología y Ortopedia de hospitales españoles con 5 encuestas en cada carta.
Resultados. Respondieron 59 hospitales (240 encuestas). Los resultados se analizan globalmente y estratificando los hospitales. Se transfunde habitualmente cuando el hematocrito baja del 24% (49,37%) o del 27% (33,47%), o cuando la hemoglobina disminuye por debajo de 8 g/dl1 (58,30%) o de 9 g/dl1 (25,40%). Se considera que determinadas circunstancias clínicas pueden modificar las necesidades transfusionales: edad (84,20%), coexistencia de enfermedad cardíaca (75,40%), respiratoria (51,25%), renal (51,25%) o hepática (42,90%), concentración de hematocrito o hemoglobina previos (87,50%) y sangrado (85,80%). La técnica más valorada para el ahorro de transfusión de hemoderivados de origen homólogo es la predonación de sangre autóloga (autotransfusión), señalándose los problemas de organización y planificación quirúrgicas y la necesidad de una mayor colaboración con los servicios relacionados. Para indicar una transfusión se valoran fundamentalmente la necesidad de hemograma antes de transfundir (9,295 puntos sobre 10) y la importancia del juicio clínico (8,26/10). Entre los traumatólogos españoles se mantiene la idea de que «la transfusión mínima» debe ser de dos concentrados de hematíes (8,02/10).
Conclusión. Los traumatólogos españoles han mostrado su inquietud por un mejor uso de los hemoderivados, y el conocimiento y potenciación de técnicas de ahorro de hemoderivados homólogos en aras de transfundir mejor. La cooperación con los Servicios de Anestesia y Hematología es imprescindible