Ana Escusol Marín, Julia Paricio Acero, Noelia Guzmán Gasca, María Cavero Solanas, Jimena Moya Berned, Lucía Magdalena Martínez
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico y progresivo que afecta principalmente al sistema nervioso central. Se caracteriza por la pérdida gradual de neuronas que producen dopamina, un neurotransmisor esencial para el control del movimiento y la coordinación. Esto provoca síntomas motores como temblores en reposo, rigidez muscular, lentitud de movimientos (bradicinesia) y problemas de equilibrio, además de síntomas no motores como depresión, trastornos del sueño y dificultades cognitivas1,2,4.
Aunque su causa exacta es desconocida, se considera que factores genéticos y ambientales pueden influir en su desarrollo. La enfermedad suele manifestarse entre los 50 y 79 años, aunque también puede afectar a personas más jóvenes. No tiene cura, pero los tratamientos con medicamentos como la levodopa y la estimulación cerebral profunda pueden aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida3,5,6.
Parkinson’s disease is a chronic and progressive neurodegenerative disorder that primarily affects the central nervous system. It is characterized by the gradual loss of neurons that produce dopamine, an essential neurotransmitter for movement control and coordination. This leads to motor symptoms such as resting tremors, muscle rigidity, slowness of movement (bradykinesia), and balance issues, as well as non-motor symptoms like depression, sleep disorders, and cognitive difficulties1,2,4.
Although its exact cause remains unknown, genetic and environmental factors are believed to influence its development. The disease typically manifests between the ages of 50 and 79, though it can also affect younger individuals. There is no cure for Parkinson’s disease, but treatments such as medications like levodopa and deep brain stimulation can alleviate symptoms and improve quality of life3,5,6.