Marta Sancho Larraz, Aser Cebollada Martínez, Blanca Montori Lacámara, Carla Sierra Santamaria, Sara Marquina Martín
La retina es la capa interna del ojo, encargada de convertir la luz en señales eléctricas que el cerebro interpreta. Está formada por dos tipos de fotorreceptores: los bastones y los conos. Los bastones son responsables de la visión en condiciones de baja luminosidad, permitiendo ver en la oscuridad, pero solo en blanco y negro y con baja resolución. En cambio, los conos permiten la visión en condiciones de luz brillante, facilitando la percepción de colores y detalles finos. Los conos están más concentrados en la parte central de la retina, mientras que los bastones se encuentran en la periferia.
El ojo humano se adapta de manera continua entre la visión fotópica, dominada por los conos, y la visión escotópica, regida por los bastones, dependiendo de la cantidad de luz disponible. Esta adaptación es esencial para realizar actividades cotidianas, ya que permite ver tanto en ambientes luminosos como en la oscuridad.
Los bastones contienen un fotopigmento llamado rodopsina, que es clave para la conversión de la luz en señales eléctricas. La regeneración de este pigmento es esencial para mantener la sensibilidad a la luz, y cualquier alteración en su función puede causar problemas visuales, como la retinosis pigmentaria o la ceguera nocturna, que dificultan la visión en condiciones de poca luz.
The retina is the inner layer of the eye, responsible for converting light into electrical signals that the brain interprets. It is made up of two types of photoreceptors: rods and cones. Rods are responsible for vision in low-light conditions, allowing us to see in the dark, but only in black and white and with low resolution. On the other hand, cones allow vision in bright light conditions, facilitating the perception of colors and fine details. Cones are more concentrated in the central part of the retina, while rods are located in the periphery.
The human eye continuously adapts between photopic vision, dominated by the cones, and scotopic vision, controlled by the rods, depending on the amount of light available. This adaptation is essential for performing daily activities, as it allows us to see in both well-lit and dark environments.
Rods contain a photopigment called rhodopsin, which is key to converting light into electrical signals. The regeneration of this pigment is essential to maintain light sensitivity, and any disruption in its function can cause visual problems, such as retinitis pigmentosa or night blindness, which make it difficult to see in low-light conditions.