El aneurisma de aorta abdominal (AAA) es una patología vascular de curso habitualmente silente pero potencialmente letal, cuya prevalencia se incrementa con la edad asociándose estrechamente a factores de riesgo cardiovascular.
Presentamos el caso de un paciente varón de 71 años, evaluado en el ámbito de la atención primaria por elevación del antígeno prostático específico (PSA), un incremento del 200% respecto a determinaciones previas, que motivó la realización de una ecografía clínica dirigida a dilucidar etiología subyacente previa a derivación preferente a Urología. Ante factores de riesgo para desarrollo de AAA, se realizó un cribado ecográfico oportunista dirigido a identificar patología aórtica. Los hallazgos ecográficos evidenciaron un saco aneurismático aórtico infrarrenal de 4 cm de diámetro, de contornos regulares, con flujo luminal conservado en el estudio Doppler color y presencia de material ecogénico mural concéntrico, compatible a trombo mural organizado contenido. Estos hallazgos motivaron la derivación preferente al servicio de cirugía vascular para valoración especializada y seguimiento.
El caso ejemplifica la necesidad de implementar estrategias sistemáticas y protocolizadas de cribado ecográfico desde Atención Primaria, con el fin de optimizar la detección precoz y el seguimiento de AAA en poblaciones de riesgo, minimizando así la morbimortalidad asociada a su ruptura.
Abdominal aortic aneurysm (AAA) constitutes a vascular condition of significant clinical relevance, characterized by a localized dilation of the abdominal aorta exceeding normal anatomical and population-based parameters. Early detection is crucial, as the majority of cases remain asymptomatic until critical dimensions are reached, at which point the risk of rupture increases exponentially. This progressive but typically silent evolution positions AAA as a prime target for early detection strategies within preventive medicine.
Advancements in non-invasive diagnostic techniques, particularly abdominal ultrasound, have enabled the development of screening programs aimed at populations with established risk factors, such as men over the age of 65, former smokers, and individuals with cardiovascular disease history. Several scientific societies endorse selective screening as an intervention capable of reducing aneurysm-related mortality and optimizing therapeutic management through either scheduled surveillance or elective surgical repair. Moreover, health economic evaluations have demonstrated that systematic screening in at-risk groups offers a favorable cost-benefit balance, particularly when protocolized within primary care settings.
Despite robust evidence supporting these practices in certain healthcare contexts, variability persists in their adoption and standardization across health systems, highlighting an opportunity to reinforce vascular prevention at the primary care level.