Se describe el caso de una paciente que sufre picadura de una garrapata común en el párpado inferior derecho, ésta fue extraída mediante tracción.
Las picaduras de garrapata son poco frecuentes en nuestro medio, pero es crucial reconocerlas y tratarlas adecuadamente. Su presencia es más común en áreas rurales. Su extracción debe realizarse de forma completa para evitar la retención de restos, siendo fundamental descartar zoonosis asociadas.
Las infestaciones oculares por garrapatas son poco comunes en humanos, pero pueden representar un riesgo significativo para la salud ocular y sistémica. Las garrapatas son ectoparásitos hematófagos que pueden transmitir diversas enfermedades, como la fiebre botonosa mediterránea, la enfermedad de Lyme y la anaplasmosis.
Las garrapatas pueden adherirse a la piel de los párpados debido a la delgadez y vascularización de la zona, lo que facilita la succión sanguínea. Su fijación prolongada puede desencadenar inflamación local, e incluso necrosis tisular. Representan un riesgo potencial de transmisión de enfermedades infecciosas, dependiendo de la especie del parásito y región geográfica.
El presente artículo trata de un caso clínico de una mujer de 45 años, sin antecedentes patológicos relevantes, acudió a consulta oftalmológica por sensación de cuerpo extraño, prurito y leve inflamación en el párpado inferior del ojo derecho (OD).
Destaca la importancia de considerar las infestaciones por garrapatas en pacientes con síntomas oculares inespecíficos, especialmente en aquellos con antecedentes de exposición en áreas rurales. La extracción adecuada del parásito y el seguimiento clínico oportuno son esenciales para evitar complicaciones oculares y sistémicas.
We describe the case of a patient who suffered a common tick bite on the right lower eyelid, which was removed by traction.
Tick bites are uncommon in our region but recognizing and properly managing them is crucial. Their presence is more frequent in rural areas. Complete extraction is essential to prevent retained remnants, and it is fundamental to rule out associated zoonotic diseases.
Ocular tick infestations are uncommon in humans, but they can pose a significant risk to ocular and systemic health. Ticks are blood-sucking ectoparasites that can transmit various diseases, including Mediterranean buttonworm fever, Lyme disease, and anaplasmosis.
Ticks can attach to the skin of the eyelids due to the thinness and vascularity of the area, which facilitates blood sucking. Prolonged attachment can trigger local inflammation and even tissue necrosis. They pose a potential risk for transmitting infectious diseases, depending on the parasite species and geographic region.
This article deals with a clinical case of a 45-year-old woman, with no relevant pathological history, who attended an ophthalmological consultation due to a sensation of a foreign body, itching and mild inflammation in the lower eyelid of the right eye (RO).
Highlights the importance of considering tick infestations in patients with nonspecific ocular symptoms, especially those with a history of exposure in rural areas. Proper parasite removal and timely clinical follow-up are essential to avoid ocular and systemic complications.