Laura Núñez Sánchez, Marta Teresa Gimeno Soler, Paula García Belenguer Cegoñino, Carlos Aisa Sancho, Eva Vega Cuesta
La mastocitosis sistémica (MS) es una enfermedad rara caracterizada por la acumulación anormal de mastocitos en diversos órganos. Su manejo anestésico representa un reto debido al riesgo de liberación masiva de mediadores inflamatorios, lo que puede desencadenar anafilaxia, inestabilidad hemodinámica y broncoespasmo.
Desde el punto de vista anestésico, es esencial evitar factores desencadenantes como el estrés, ciertos fármacos y cambios bruscos de temperatura. La selección de agentes con bajo potencial de liberación histamínica, la premedicación con antihistamínicos y corticoides, y una monitorización estricta son fundamentales para minimizar los riesgos.
Durante la inducción anestésica, se prefieren fármacos como Propofol o Etomidato, evitando agentes como la Morfina y el Atracurio. Durante el mantenimiento, la anestesia total intravenosa (TIVA) con Propofol y Remifentanilo es una opción segura, así como el uso de Sevoflurano en caso de anestesia inhalatoria. El control hemodinámico se optimiza con hidratación adecuada y monitoreo invasivo en pacientes de alto riesgo.
El manejo del dolor debe incluir una estrategia multimodal con AINEs si no están contraindicados, opioides de baja liberación histamínica y bloqueos nerviosos periféricos. En el postoperatorio, la vigilancia estrecha es clave para detectar signos tempranos de inestabilidad.
Ante una crisis de desgranulación mastocitaria, la administración inmediata de epinefrina, fluidoterapia, antihistamínicos, corticoides y broncodilatadores es crucial. La planificación preoperatoria y un enfoque multidisciplinario son esenciales para garantizar la seguridad de estos pacientes.
Systemic Mastocytosis (SM) is a rare disease characterized by the abnormal accumulation of mast cells in various organs. Its anesthetic management presents a challenge due to the risk of massive release of inflammatory mediators, which can trigger anaphylaxis, hemodynamic instability, and bronchospasm.
From an anesthetic perspective, it is essential to avoid triggering factors such as stress, certain drugs, and sudden temperature changes. Selecting agents with a low potential for histamine release, premedication with antihistamines and corticosteroids, and strict monitoring are fundamental to minimizing risks.
During anesthetic induction, drugs such as Propofol or Etomidate are preferred, while agents like Morphine and Atracurium should be avoided. For maintenance, total intravenous anesthesia (TIVA) with Propofol and Remifentanil is a safe option, as is the use of Sevoflurane in cases of inhalational anesthesia. Hemodynamic control is optimized through adequate hydration and invasive monitoring in high-risk patients.
Pain management should include a multimodal strategy with NSAIDs if not contraindicated, low histamine-releasing opioids, and peripheral nerve blocks. In the postoperative period, close monitoring is crucial to detect early signs of instability.
In the event of a mast cell degranulation crisis, immediate administration of epinephrine, fluid therapy, antihistamines, corticosteroids, and bronchodilators is critical. Preoperative planning and a multidisciplinary approach are essential to ensuring the safety of these patients.