Alberto López García-Franco, Ana Pereira Iglesias, Elena Cardona Corrochano, Anabel González Prats
• El 80-90% de la vitamina D proviene de la exposición solar. También puede obtenerse a partir de la dieta en forma de colecaciferol o ergocalciferol, los cuales sufren dos hidroxilaciones (la primera en el hígado y la segunda en el riñón) antes de convertirse en la forma activa de la vitamina D: 1,25 dihidroxi-vitamina D o calcitriol.
• A pesar de la presencia de receptores de vitamina D en múltiples órganos, la vitamina D no ha demostrado utilidad terapéutica más allá de las alteraciones del metabolismo fosfocálcico.
• No está indicado el cribado poblacional de vitamina D. La determinación de los niveles debe realizarse solo en situaciones de riesgo de hipovitaminosis D.
• El biomarcador más adecuado para identificar el déficit de vitamina D es la 25 hidroxi-vitamina D. Los niveles por debajo de 12ng/mL se consideran deficientes, entre 13 y 20ng/mL insuficientes, y niveles por encima de 21ng/mL se consideran niveles aceptables. En los casos de deficiencia de vitamina D y en los casos de insuficiencia en pacientes de riesgo se recomienda evaluar calcio, fósforo, función renal, PTH, fosfatasa alcalina, y estudio de celiaquía.
• El tratamiento estaría indicado en los casos de deficiencia de vitamina D, osteoporosis en tratamiento y mayores de 75 años institucionalizados. Los casos de insuficiencia deben ser valorados de forma individual. Las moléculas utilizadas para el tratamiento son el colecalciferol y el calcifediol, aconsejándose asociar suplementos de calcio al tratamiento.