M.C. De Hoyos López, Manuela Pérez Chacón
La sensibilidad de procesamiento sensorial no se considera un trastorno, si bien es susceptible de confundirse o incluso derivar en patologías neuropsiquiátricas y, en consecuencia, medicalizarse. Se ha estimado que afecta a la cuarta parte de la población y se investiga sobre ella en adultos y niños desde hace tres décadas. Es prioritaria su identificación precoz en la infancia, en el ámbito educativo y sanitario. Los pediatras de Atención Primaria representan una pieza clave de este engranaje institucional que debe ponerse en marcha para empezar a otorgar una protección integral a esta otra diversidad.