Jorge Martínez Catalán, Elena Ripa Laguna, Clara Maria Marqués Martínez, Santiago Roda Soria, Jorge Pereda Pañar, Javier Pina Sariñena
Un alto porcentaje de pacientes hospitalizados utiliza dispositivos de acceso vascular central para la administración de nutrición parenteral total o determinados medicamentos de alta osmolaridad. Entre los más comunes están los catéteres vasculares centrales (CVC) no tunelizados, sin embargo, el uso de catéteres centrales de inserción periférica (PICC) ha crecido recientemente. Los PICC, insertados comúnmente en las venas de las extremidades superiores, pueden ser una opción eficiente para tratamientos de corto y largo plazo.
La canalización del PICC requiere un equipo especializado (enfermera y técnico), material estéril, y el uso de un ecógrafo. El procedimiento comienza por identificar al paciente, evaluar contraindicaciones (como anticoagulación o dispositivos implantados) y seleccionar la vena adecuada, habitualmente cefálica o basílica, teniendo en cuenta su diámetro, ubicación y proximidad a arterias.
El mantenimiento del PICC es responsabilidad de enfermería, siendo importante la formación del personal para prevenir infecciones. Los cuidados incluyen desinfección de conexiones, cambio equipos de administración cada 72-96 horas y heparinización del catéter regularmente para prevenir trombosis o infecciones. El cumplimiento de estos pasos asegura un funcionamiento seguro y eficaz del dispositivo.
A high percentage of hospitalized patients use central vascular access devices for the administration of total parenteral nutrition or certain high osmolarity drugs. Among the most common are non-tunneled central vascular catheters (CVCs); however, the use of peripherally inserted central catheters (PICCs) has grown recently. PICCs, commonly inserted in the veins of the upper extremities, can be an efficient option for short- and long-term treatments.
PICC line cannulation requires a specialized team (nurse and technician), sterile material, and the use of an ultrasound machine. The procedure begins by identifying the patient, evaluating contraindications (such as anticoagulation or implanted devices) and selecting the appropriate vein, usually cephalic or basilic, taking into account its diameter, location and proximity to arteries.
Maintenance of the PICC line is the responsibility of the nurses, and staff training is important to prevent infection. Care includes disinfection of connections, change of administration sets every 72-96 hours and regular heparinization of the catheter to prevent thrombosis or infection. Compliance with these steps ensures safe and effective functioning of the device.