María Díaz Ara, Eva María Sanz Baguena, Paula Fediuc, María Victoria Miera Sebastián, Ramona Bilba, Ionela Diaconescu Nedea
La incontinencia urinaria (IU) es un trastorno común pero frecuentemente subdiagnosticado que afecta a millones de personas en todo el mundo, con una prevalencia que aumenta con la edad. Se caracteriza por la pérdida involuntaria de orina y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen, limitando su participación en actividades cotidianas, sociales y laborales. Aunque la IU no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de diversas condiciones subyacentes, su manifestación puede ser debilitante, tanto a nivel físico como emocional.
Existen varios tipos de incontinencia urinaria cada una asociada a mecanismos fisiopatológicos distintos. Estos mecanismos involucran alteraciones en los sistemas neurológicos, musculoesqueléticos y urológicos, lo que hace que su diagnóstico y tratamiento sean complejos y multifactoriales. Además, factores como el envejecimiento, el embarazo, el parto, la obesidad y ciertas comorbilidades, como la diabetes y las enfermedades neurológicas, son factores de riesgo conocidos que aumentan la probabilidad de desarrollar IU.
El manejo de la incontinencia urinaria ha evolucionado en las últimas décadas, con enfoques que incluyen desde intervenciones conservadoras, como el entrenamiento del suelo pélvico, hasta tratamientos farmacológicos y quirúrgicos. Sin embargo, a pesar de los avances, sigue existiendo una brecha en la accesibilidad y la adecuación del tratamiento, especialmente en contextos donde la estigmatización y el desconocimiento de la enfermedad dificultan su diagnóstico temprano y su abordaje adecuado.
Urinary incontinence (UI) is a common but frequently underdiagnosed disorder that affects millions of people worldwide, with prevalence increasing with age. It is characterized by the involuntary loss of urine and can have a significant impact on the quality of life of those who suffer from it, limiting their participation in daily, social and work activities. Although UI is not a disease in itself, but rather a symptom of various underlying conditions, its manifestation can be debilitating, both physically and emotionally.
There are several types of urinary incontinence, each associated with different pathophysiological mechanisms. These mechanisms involve alterations in the neurological, musculoskeletal and urological systems, which makes their diagnosis and treatment complex and multifactorial. Additionally, factors such as aging, pregnancy, childbirth, obesity, and certain comorbidities such as diabetes and neurological diseases are known risk factors that increase the likelihood of developing UTIs.
The management of urinary incontinence has evolved in recent decades, with approaches ranging from conservative interventions, such as pelvic floor training, to pharmacological and surgical treatments. However, despite advances, there remains a gap in the accessibility and adequacy of treatment, especially in contexts where stigmatization and ignorance of the disease make its early diagnosis and appropriate approach difficult.