El quilotórax postquirúrgico es una complicación infrecuente tras la resección pulmonar, con una incidencia del 2.6% en cirugía toracoscópica asistida por video (VATS), pero una mortalidad que puede alcanzar el 30% sin un tratamiento adecuado. Se sospecha ante un débito pleural superior a 500 mL/día con características quilosas y se confirma mediante el análisis del líquido pleural, la presencia de quilomicrones y triglicéridos mayores a 110 mg/dL. No existe consenso sobre el tratamiento, que puede ser médico, quirúrgico o intervencionista.
Se presenta el caso de un paciente de 69 años con carcinoma urotelial y una masa pulmonar en el lóbulo superior derecho, que desarrolló un quilotórax tras lobectomía superior derecha y linfadenectomía. Inicialmente, el tratamiento fue conservador con nutrición parenteral y octreótide, pero debido a la persistencia de un débito elevado y fuga aérea, se realizó la ligadura del conducto torácico por VATS. Al no lograr el control total, se procedió con toracotomía y sellado quirúrgico, lo que permitió la resolución del quilotórax y el alta hospitalaria en el día 33 postquirúrgico.
Este caso destaca la importancia de un diagnóstico temprano y un abordaje terapéutico escalonado. La linfografía puede tener un papel diagnóstico y terapéutico en estos casos, mientras que la cirugía puede ser la opción definitiva en casos refractarios.
Postoperative chylothorax is a rare complication following pulmonary resection, with an incidence of 2.6% in video-assisted thoracoscopic surgery (VATS) but a mortality rate that can reach 30% without appropriate treatment. It is suspected when pleural drainage exceeds 500 mL/day with chylous characteristics and is confirmed through pleural fluid analysis, the presence of chylomicrons, and triglyceride levels above 110 mg/dL. There is no consensus on treatment, which may be medical, surgical, or interventional.
This report presents the case of a 69-year-old patient with urothelial carcinoma and a pulmonary mass in the right upper lobe who developed chylothorax after right upper lobectomy and lymphadenectomy. Initially, conservative treatment was implemented with total parenteral nutrition and octreotide, but due to persistent high drainage output and air leak, thoracic duct ligation via VATS was performed. Since complete control was not achieved, thoracotomy and surgical sealing were subsequently carried out, leading to the resolution of the chylothorax and hospital discharge on postoperative day 33.
This case highlights the importance of early diagnosis and a stepwise therapeutic approach. Lymphography may play both a diagnostic and therapeutic role in such cases, while surgery may be the definitive option for refractory cases.