El eritema nodoso (EN) es una forma de paniculitis que se manifiesta por la aparición repentina de nódulos dolorosos, eritematosos y simétricos, principalmente en las extremidades inferiores, sobre todo en la región pretibial. Se trata de una reacción inflamatoria de hipersensibilidad, habitualmente de origen idiopático, aunque en numerosos casos se identifica una causa subyacente. Entre las etiologías infecciosas, destacan las infecciones por estreptococo y tuberculosis, siendo además posibles otros agentes bacterianos, virales o fúngicos. Asimismo, enfermedades autoinmunes e inflamatorias como la sarcoidosis, la enfermedad inflamatoria intestinal y el síndrome de Behçet se asocian al EN. La exposición a ciertos fármacos y la presencia de neoplasias, aunque menos frecuentes, constituyen otros desencadenantes relevantes en la población adulta.
El diagnóstico se fundamenta en la evaluación clínica y la confirmación histopatológica. Clínicamente, se observan nódulos en diferentes estadios evolutivos, acompañados de síntomas sistémicos como fiebre, malestar general y artralgias. La biopsia cutánea muestra una paniculitis septal sin vasculitis marcada, hallándose en ocasiones granulomas de Miescher, lo que apoya el diagnóstico. Los estudios complementarios, como el hemograma, la determinación de reactantes de fase aguda y la radiografía de tórax, orientan hacia la etiología subyacente.
El tratamiento del EN se centra en abordar la causa desencadenante, empleando antibióticos en casos infecciosos, terapias específicas en enfermedades autoinmunes y la suspensión de medicamentos implicados. Adicionalmente, se recomiendan medidas sintomáticas, incluyendo reposo, elevación de miembros y el uso de antiinflamatorios no esteroideos. En casos graves o refractarios se pueden utilizar corticosteroides o agentes inmunomoduladores. La investigación en el área ha permitido optimizar el manejo del EN, mejorando el pronóstico y reduciendo la recurrencia en adultos. Este enfoque integral permite una atención personalizada y mejora la calidad de vida de los pacientes afectados, garantizando una resolución eficaz y evitando complicaciones futuras.
The diagnosis is based on clinical evaluation and histopathological confirmation. Clinically, nodules are observed at different stages of development, accompanied by systemic symptoms such as fever, malaise and arthralgia. Skin biopsy shows septal panniculitis without marked vasculitis, with Miescher granulomas occasionally found, which supports the diagnosis. Complementary studies, such as complete blood count, determination of acute phase reactants and chest X-ray, provide guidance on the underlying etiology.
Treatment of EN focuses on addressing the underlying cause, using antibiotics in infectious cases, specific therapies in autoimmune diseases, and discontinuation of implicated medications. Additionally, symptomatic measures are recommended, including rest, elevation of limbs, and the use of nonsteroidal anti-inflammatory drugs. In severe or refractory cases, corticosteroids or immunomodulatory agents may be used. Research in the area has allowed for optimizing the management of EN, improving the prognosis and reducing recurrence in adults. This comprehensive approach allows for personalized care and improves the quality of life of affected patients, guaranteeing effective resolution and avoiding future complications.