El dolor es un componente importante en la vida de las personas que padecen heridas crónicas y afecta negativamente a la calidad de vida de los pacientes y los cuidadores.
Prevenir el dolor y el traumatismo de las heridas así como de la piel perilesional son condiciones a considerar por los profesionales sanitarios mediante la selección adecuada de los productos para el tratamiento de heridas, con el objetivo de curar las lesiones evitando dolor y traumatismos innecesarios relacionados con los productos de tratamiento.
El término adherencia se describe como la interacción entre el apósito y la herida, pero hay un término que se utiliza indistintamente al referirnos a las propiedades de los apósitos, que es la adhesividad, es decir, la interacción entre el apósito y la piel perilesional en la zona de reborde.
Los mecanismos por los que se produce la adherencia, descritos en 1962 por G. Winter, son, por un lado, la adherencia provocada por el exudado de las heridas que al secarse se fija al apósito de cura, sin que haya un espacio de protección interfase y, por otro, los procesos de adherencia que se producen por el crecimiento de granulocitos entre las estructuras de los apósitos y los incorporan dentro del proceso de regeneración de la herida por integración.
Los productos descritos como de baja adherencia (low-adherent) son aquellos que en la zona interfase (entre la herida y el apósito) consiguen reducir la adherencia, como pueden ser los apósitos absorbentes, hidrocoloides, etc., aspecto que en muchas ocasiones se transforma en un proceso de alta adhesividad, afectando a la piel perilesional.
El término adherencia describe simplemente la interacción entre el apósito y la herida en sí misma, sin contemplar el traumatismo que se puede ocasionar en la piel perilesional al realizar los cambios de apósitos.
El concepto de atraumático se debe asumir como un nuevo término al referirnos a una propiedad de determinados apósitos, aplicable a aquellos que presenten de manera diferenciada las propiedades adhesividad y adherencia, es decir, que no provocan trauma en el tejido neoformado ni en la piel perilesional, y que se pueden definir como �los apósitos basados en la cura en ambiente húmedo (CAH), que en el cambio no causen trauma al nuevo tejido formado ni a la piel perilesional�.
Actualmente los apósitos que se pueden encontrar en el mercado de nuestro país como atraumáticos están basados en una tecnología adhesiva mediante la aplicación de silicona suave (soft-silicon), que poseen la capacidad de adherirse a la piel seca, pero no se fijan a la superficie de una herida húmeda y no causan daño en los cambios.
El concepto de atraumático es un elemento necesario en el proceso de curación, y ha de ser una propiedad indispensable de los apósitos indicados en el tratamiento de las lesiones cutáneas.