Laura Clavería de Cea, Yadira Sarmiento Vidal, Javier Monge Martínez, Marta Aragón Clavería, Nuria Tabuenca Alberich, Marina Cantero Bautista
En el proceso de una lactancia materna, el asesoramiento adecuado y un empoderamiento efectivo de la madre, por parte de una asesora de lactancia son fundamentales para garantizar una lactancia materna exclusiva (LME), incluso ante las dificultades que puedan ir surgiendo o las recomendaciones de otros profesionales que puedan contradecir los deseos de la madre. Las madres que experimentan complicaciones iniciales, como la ganancia insuficiente de peso del bebé o el miedo a no producir suficiente leche, a menudo enfrentan presiones externas, incluidas las sugerencias de dar suplementos con leche artificial, usando biberones, etc. Sin embargo, en muchas ocasiones, con un acompañamiento personalizado y el apoyo emocional adecuado, estas preocupaciones pueden ser abordadas de manera efectiva logrando una LME exitosa.
El rol de la asesora es educar y empoderar a la madre, mostrándole que la producción de leche va en relación con la demanda del bebé y que las intervenciones prematuras, como la recomendación de suplementos artificiales, pueden generar efectos negativos a largo plazo e interferencias en la lactancia.
In the process of breastfeeding, proper counseling and effective empowerment of the mother by a lactation consultant are essential to ensure exclusive breastfeeding (EBF), even in the face of challenges that may arise or recommendations from other professionals that may contradict the mother’s wishes. Mothers who experience initial complications, such as insufficient weight gain in the baby or fears of not producing enough milk, often face external pressures, including suggestions to supplement with formula or use bottles. However, on many occasions, with personalized support and appropriate emotional guidance, these concerns can be effectively addressed, leading to a successful EBF experience.
The role of the lactation consultant is to educate and empower the mother, showing her that milk production is related to the baby’s demand and that premature interventions, such as recommending artificial supplements, can have long-term negative effects and interfere with breastfeeding.