La fisiología del recién nacido es inmadura y cambiante, y esto tiene importantes implicaciones para su manejo anestésico. Dada la inmadurez de su sistema respiratorio, con una caja torácica flexible y un parénquima pulmonar más rígido, hay mayor tendencia al colapso pulmonar. A nivel cardiovascular, la transición de un sistema circulatorio cerrado a uno abierto redunda en que si no se da este cambio de forma óptima puede darse a lugar un síndrome de hipertensión pulmonar persistente. Todavía se discute si la anestesia general puede tener efectos deletéreos en un sistema nervioso en desarrollo, y actualmente se recomiendan las menores dosis posibles. Es importante tener en cuenta la mayor facilidad que tienen los recién nacidos para la pérdida de calor, así como mayor riesgo de hipoglucemia y deshidratación, es por ello por lo que cada vez más las nuevas guías abogan por tiempos de ayuno menos restrictivos.
Neonatal physiology is dynamic and immature, presenting significant challenges from an anaesthetic perspective. Due to their more compliant thoracic wall and less elastic lungs, neonates are prone to lung collapse. From a cardiovascular standpoint, the transition from fetal to postnatal circulation is critical; failure in this process can result in persistent pulmonary hypertension. The potential deleterious effects of general anaesthesia on the developing nervous system remain a topic of debate, though the current consensus emphasizes administering the lowest effective dose. Additionally, neonates are at greater risk of hypothermia, hypoglycemia, and dehydration, which is why recent guidelines advocate for less restrictive preoperative fasting times.