La fascitis plantar (FP) es una patología muy frecuente que afecta a personas de todas las edades y niveles de actividad.
El origen es un proceso degenerativo secundario a microtraumatismos de repetición. Intervienen múltiples factores de riesgo que contribuyen a la sobrecarga de la fascia y a su degeneración colágena. Los hallazgos histológicos muestran principalmente procesos degenerativos crónicos más que inflamación.
El nivel de gravedad está muy relacionado con la sobrecarga plantar, el índice de arco y la pronación del retropié.
Tras la fase aguda, la progresión a fase crónica implica engrosamiento de la fascia plantar con posible formación de espolones óseos.
La presentación típica es un dolor agudo en zona anterointerna del talón, muy intenso con los primeros pasos de la mañana, a continuación, va disminuyendo y vuelve a aumentar al final del día, sobre todo en relación con la bipedestación prolongada o actividades de impacto1.
El diagnóstico es clínico, basado en la anamnesis y la exploración física. En principio no son necesarias pruebas complementarias; no obstante, las pruebas de imagen o de laboratorio ayudan a realizar un diagnóstico diferencial con otras patologías1.
Existen tratamientos que han demostrado efectividad, obteniendo sus mejores resultados con la individualización de cada paciente.
Plantar fasciitis (PF) is a very common pathology that affects people of all ages and activity levels.
The origin is a degenerative process secondary to repetitive microtrauma. Multiple risk factors contribute to fascia overload and collagen degeneration. Histological findings show mainly chronic degenerative processes rather than inflammation.
The level of severity is closely related to plantar overload, arch index and hindfoot pronation.
After the acute phase, progression to the chronic phase involves thickening of the plantar fascia with possible bone spur formation.
The typical presentation is an acute pain in the anterointernal heel area, very intense with the first steps in the morning, then decreasing and increasing again at the end of the day, especially in relation to prolonged standing or impact activities1.
Diagnosis is clinical, based on anamnesis and physical examination. In principle, no complementary tests are necessary; however, imaging or laboratory tests help to make a differential diagnosis with other pathologies1.
There are treatments that have proven to be effective, with the best results obtained with the individualization of each patient.