Vanesa Mallén Escobedo, Irene Cano Talavera, Iris Beatriz Roy del Ruste, Ricardo Mora Rubio, Nuria Gutiérrez Barragán
La depresión es el trastorno mental más prevalente y constituye la principal causa de discapacidad a nivel mundial. Su impacto es especialmente notable en la población anciana, incrementando la mortalidad, agravando enfermedades médicas preexistentes y encontrándose infradiagnosticada, al confundir sus síntomas con procesos típicos del envejecimiento. Además, la depresión es la principal causa de suicidio, lo que la sitúa como una de las mayores preocupaciones y desafíos de salud pública y de la sociedad en la actualidad.
Múltiples estudios destacan la relación entre el no reconocimiento y la falta de consciencia de las emociones y de los sentimientos, así como, un manejo inadecuado de las mismas y un mal afrontamiento, fundamentalmente en la adolescencia, como predisponentes al desarrollo de cuadros depresivos en etapas posteriores de la vida. No obstante, la literatura existente sobre la prevención precoz de la depresión es aún muy limitada y poco se conoce claramente sobre ello.
El trabajo de enfermería es fundamental en este contexto, realizando un abordaje integral de los pacientes y mejorando su calidad de vida, su bienestar general y su capacidad de autonomía. A pesar de ello, el papel de las profesionales de enfermería en la prevención, seguimiento y tratamiento complementarios de la depresión aún no ha sido suficientemente desarrollado y definido. Sería fundamental fortalecer su rol y formación para un abordaje interdisciplinario que complemente el tratamiento farmacológico para ayudar en la atención de la depresión tan presente en todos los espacios de la atención sanitaria. Es imperativo en la actualidad formar a los profesionales sanitarios y fomentar la colaboración con los especialistas en salud mental para frenar el vertiginoso crecimiento de la depresión y del resto de trastornos mentales en la población.
Depression is the most prevalent mental disorder and is the main cause of disability worldwide. Its impact is especially notable in the elderly population, increasing mortality, aggravating pre-existing medical diseases and being underdiagnosed, confusing its symptoms with typical aging processes. Furthermore, depression is the main cause of suicide, which makes it one of the greatest concerns and challenges for public health and society today.
Multiple studies highlight the relationship between non-recognition and lack of awareness of emotions and feelings, as well as inadequate management of them and poor coping, mainly in adolescence, as predisposing to the development of depressive symptoms in stages. later in life. However, the existing literature on early prevention of depression is still very limited and little is clearly known about it.
Nursing work is fundamental in this context, carrying out a comprehensive approach to patients and improving their quality of life, their general well-being and their capacity for autonomy. Despite this, the role of nursing professionals in the prevention, monitoring and complementary treatment of depression has not yet been sufficiently developed and defined. It would be essential to strengthen their role and training for an interdisciplinary approach that complements pharmacological treatment to help in the care of depression, so present in all areas of health care. It is currently imperative to train health professionals and promote collaboration with mental health specialists to stop the rapid growth of depression and other mental disorders in the population.