Andrea Becerra Aineto, Cristina Sánchez Robles Tré, Eva Teresa Campos Picontó, Sara Patricia Canales Villa, Laura Paz Letona Barrios, Mónica Sachi Martínez Mihara
El acné vulgaris es una de las afecciones dermatológicas más comunes, especialmente durante la adolescencia, aunque también puede persistir en la edad adulta. Su fisiopatología es multifactorial, involucrando factores hormonales, genéticos, inmunológicos y ambientales. El acné se caracteriza por la obstrucción de los folículos pilosebáceos, la proliferación bacteriana de Cutibacterium acnes, y la inflamación resultante, que da lugar a lesiones como comedones, pápulas, pústulas y quistes.
Los factores desencadenantes del acné incluyen la dieta, el estrés, el uso de ciertos medicamentos y cosméticos, la exposición al sol, la contaminación y otros factores ambientales. La relación entre estos factores y el acné sigue siendo objeto de investigación, pero se ha demostrado que pueden influir en la aparición y exacerbación de la condición.
El tratamiento del acné ha avanzado significativamente en los últimos años. Los enfoques terapéuticos incluyen tratamientos tópicos, como el peróxido de benzoilo, los retinoides y los antibióticos, así como tratamientos orales, como los antibióticos, los anticonceptivos orales y la isotretinoína. Además, existen terapias físicas y alternativas, como la terapia con luz, los peelings químicos y la microdermoabrasión, que pueden ser útiles en el manejo del acné. Las investigaciones emergentes, como el uso de probióticos y terapias biológicas, ofrecen nuevas perspectivas para el tratamiento del acné inflamatorio.
Acne vulgaris is one of the most common dermatological conditions, particularly during adolescence, although it can persist into adulthood. Its pathophysiology is multifactorial, involving hormonal, genetic, immune, and environmental factors. Acne is characterized by the obstruction of the pilosebaceous follicles, the bacterial proliferation of Cutibacterium acnes, and the resulting inflammation, which leads to lesions such as comedones, papules, pustules, and cysts.
The triggering factors of acne include diet, stress, the use of certain medications and cosmetics, sun exposure, pollution, and other environmental factors. The relationship between these factors and acne remains under investigation, but it has been shown that they can influence the onset and exacerbation of the condition.
Treatment of acne has significantly advanced in recent years. Therapeutic approaches include topical treatments such as benzoyl peroxide, retinoids, and antibiotics, as well as oral treatments like antibiotics, oral contraceptives, and isotretinoin. Additionally, physical and alternative therapies such as light therapy, chemical peels, and microdermabrasion can be useful in managing acne. Emerging research on probiotics and biological therapies offers new perspectives for the treatment of inflammatory acné.