Pablo Abadías Acín, Marcos Buey Aguilar, Eva Cortés Inglés, Laura Mínguez Braulio, Ignacio Ladrero Paños, Iñaki Goiri García
La intubación de secuencia rápida (ISR) se realiza cuando es necesario asegurar la vía aérea en el mínimo tiempo posible debido a las características o condiciones del paciente. Consiste en la administración de un agente hipnótico seguido rápidamente de un relajante neuromuscular para crear unas condiciones óptimas de intubación y minimizar la duración de la apnea del paciente y el tiempo que la vía aérea está desprotegida. Por lo tanto, se realiza una ISR cuando se presupone que el paciente corre riesgo de aspirar el contenido gástrico.
Para maximizar las probabilidades de éxito en el primer intento se debe realizar una preoxigenación adecuada, escoger la dosis y el momento oportuno para administrar los fármacos necesarios para la inducción y se debe usar un videolaringoscopio.
Una preoxigenación con oxígeno a alto flujo durante al menos 3 minutos crea un reservorio de oxígeno intrapulmonar y tisular que permite a los pacientes tolerar un período de apnea mayor sin una desaturación de oxígeno significativa. Esto evita o disminuye la necesidad de realizar una ventilación con presión positiva mientras el paciente se encuentra en apnea pero no está lo suficientemente relajado como para facilitar la intubación. Se asume que los pacientes intubados en una situación de urgencia tienen el estómago lleno y, por lo tanto, presentan un gran riesgo de aspiración. La ventilación con presión positiva aumentaría este riesgo debido a la insuflación gástrica que produce.
Los agentes inductores se administran de forma rápida al torrente intravenoso por lo que los pacientes ancianos y con patología asociada se encuentran en riesgo de presentar episodios de hipotensión. Dicho riesgo se puede mitigar con una adecuada elección y dosificación del agente inductor, así como con una optimización previa del estado cardiovascular, utilizando según esté indicado, cristaloides, productos sanguíneos, vasopresores o inotrópicos.
Rapid sequence intubation (RSI) is performed when it is necessary to secure the airway in the shortest possible time due to the characteristics or condition of the patient. It consists of the administration of a hypnotic agent followed quickly by a neuromuscular relaxant to create optimal conditions for intubation and to minimize the duration of the patient’s apnea and the time that the airway is unprotected. Therefore, RSI is performed when the patient is presumed to be at risk of aspirating gastric contents.
To maximize the chances of success on the first attempt, adequate preoxygenation, the appropriate dose and timing of induction drugs, and the use of a video laryngoscope should be performed.
Preoxygenation with high-flow oxygen for at least 3 minutes creates an intrapulmonary and tissue oxygen reservoir that allows patients to tolerate a longer period of apnea without significant oxygen desaturation. This avoids or reduces the need for positive pressure ventilation while the patient is apnoeic but not relaxed enough to facilitate intubation. Patients intubated in an emergency situation are assumed to have a full stomach and are therefore at high risk of aspiration. Positive pressure ventilation would increase this risk due to the gastric insufflation it produces.
Induction agents are administered rapidly into the intravenous stream, so elderly patients and those with associated pathology are at risk of hypotensive episodes. This risk can be mitigated by an appropriate choice and dosage of the induction agent, as well as by prior optimisation of the cardiovascular status, using crystalloids, blood products, vasopressors or inotropes as indicated.