Introducción: En 1980, Morrison informó buenos resultados en la reconstrucción del pulgar amputado con el uso de un colgajo neurovascular envoltorio tomado del hallux, recreando un neopulgar muy similar al contralateral y con mínimas secuelas en la zona dadora.
El presente trabajo es una evaluación retrospectiva de nuestra experiencia en la reconstrucción del pulgar amputado en 13 casos con un colgajo microquirúrgico de envoltura tomado del hallux.
Materiales y métodos: El primer paso es la disección del muñón de amputación en la mano.
El segundo paso es la elevación del colgajo. El hallux se “desviste” incluyendo el complejo ungular y los dos tercios distales de la segunda falange.
El tercer paso es la inserción del injerto tomado de cresta ilíaca.
En el cuarto paso el colgajo “viste” al injerto óseo, se realiza la osteosíntesis, se anastomosan los colaterales nerviosos y se efectúan las anastomosis vasculares en la tabaquera anatómica.
El último paso es el cierre del sitio donante.
Entre noviembre de 2000 y enero de 2006 hemos realizado la técnica de Morrison para reconstrucción del pulgar en 13 oportunidades en 12 pacientes.
La edad promedio fue de 27,6 años.
Se incluyó en este estudio a los pacientes con amputaciones del pulgar alrededor de la articulación metacarpofalángica que presentaron una musculatura de la eminencia tenar activa y con articulación trapeciometacarpiana móvil e indolora.
En tres casos debimos realizar técnicas de cobertura previa a nivel del muñón: dos casos con colgajos locales y un caso con cobertura por un colgajo antebraquial en isla.
Resultados: Todos los casos fueron exitosos desde el punto de vista vascular.
En un paciente se produjo la fractura del injerto óseo al año de la cirugía.
Fuerza muscular: fuerza de puño un 92% en promedio y un 65% en promedio en la fuerza de pinza.
Estado sensorial: los pacientes tuvieron un promedio de 11 mm de discriminación de 2 puntos.
Uso de la mano: se realizó un cuestionario sobre cuatro actividades básicas. Todos los pacientes refirieron realizarlas con mínimas dificultades.
Estética del neopulgar: todos los pacientes están satisfechos.
En el pie, seis pacientes tuvieron dificultades con la cicatrización, lo que derivó en la realización de nuevos injertos en dos de ellos y en la reapertura del primer espacio interdigital en un paciente.
Conclusiones: Si bien ninguna reconstrucción puede devolver un pulgar normal a un paciente amputado, la reconstrucción con la técnica de Morrison en un pulgar amputado a nivel de la articulación metacarpofalángica ofrece la mejor opción en cuanto a resultados funcionales y estéticos con una mínima morbilidad en el sitio donante.
Background: In 1980, Morrison published good results in thumb reconstruction using a neurovascular flap from the hallucis. He recreates a new thumb very similar to the contralateral, with minor morbidity at the donor site.
We present a retrospective evaluation of thirteen thumb reconstruction cases using the Wrap-around technique.
Methods: In the first stage, we dissect the recipient site.
The second stage is the elevation of the flap. The hallucis is “undressed” including the nail complex and the two distal thirds of the second phalanx. Then (third stage) we take iliac crest bone graft and synthetize it to the first metacarpal with kirschnner wires.
The fourth stage is the “dressing” of the bone graft with the wrap-around flap. The nerve anastomoses are done at the palmar site, and the vascular ones at the anatomic snuffbox.
Finally, we close the donor site.
Between November 2000 and January 2006, we performed the Morrison technique for thumb reconstruction in 13 cases (12 patients).
The mean age was 27.6 years.
In this study, we included only patients with metacarpophalangeal amputations with preservation of the thenar muscles and an intact trapezial-metacarpal joint.
In three cases, we had to cover the recipient site previously with different flaps because of the absence of appropriate soft tissues.
Results: All the cases survived. In one case, there was a bone graft fracture one year later.
Strength: the patients had 92% mean pinch grip, and 65% pulp pinch.
Sensory status: we obtained 11 mm in two points discrimination tests.
Hand daily activities: we used a questionnaire about four basic activities. Everyone stated they could do them with minimal difficulties.
New thumb aesthetics: all patients are very satisfied.
Six patients had healing problems at the donor site. We had to reoperate using skin grafts in two cases, and opened the first interdigital space in one.
Conclusions: Although no technique can restore a normal thumb in an amputated patient, the thumb reconstruction with the Morrison technique offers the best option regarding functional and aesthetic results with minimal donor site morbidity.