María Nathaly Ruiz Chacón, Anais Elizabeth Mancheno Romero
, Diana Cristina Velásquez Sánchez
, Jhonatan Sebastián Paneluisa Lema
, Leonel Simón Alcázar Marcillo
, Nathaly Mishell Yaselga Romero
, Liseth Lorena Espin Gavilanes
Cardiac pacemakers are essential medical devices designed to manage arrhythmias by delivering electrical impulses to regulate heart rhythm. This comprehensive review explores their function, types, and clinical applications, emphasizing their role in improving patient outcomes. Modern pacemakers consist of a pulse generator and leads that transmit electrical signals to the myocardium, ensuring adequate cardiac output. The classification of pacemakers includes single-chamber, dual-chamber, and biventricular devices, each tailored to specific clinical needs. Single-chamber pacemakers stimulate either the atrium or ventricle, while dual-chamber devices coordinate atrial and ventricular contractions to mimic natural heart rhythm. Biventricular pacemakers, or cardiac resynchronization therapy (CRT) devices, are employed in patients with heart failure and ventricular dyssynchrony to improve systolic function and reduce symptoms. Indications for pacemaker implantation range from bradyarrhythmias, such as sick sinus syndrome and atrioventricular block, to advanced heart failure requiring CRT. Advances in technology have led to the development of leadless pacemakers and devices with extended battery life, offering minimally invasive options and reducing complications like lead fracture and infection. Additionally, some modern pacemakers incorporate remote monitoring capabilities, allowing clinicians to track device performance and patient status in real-time. Clinical decision-making regarding pacemaker selection and programming depends on patient- specific factors, including underlying cardiac pathology, comorbidities, and lifestyle. While the benefits of pacemakers are well-documented, potential complications, such as infection, lead dislodgement, or device malfunction, necessitate careful follow-up and management.
Los marcapasos cardíacos son dispositivos médicos esenciales diseñados para controlar las arritmias mediante la entrega de impulsos eléctricos para regular el ritmo cardíaco. Esta revisión integral explora su función, tipos y aplicaciones clínicas, enfatizando su papel en la mejora de los resultados de los pacientes. Los marcapasos modernos constan de un generador de impulsos y cables que transmiten señales eléctricas al miocardio, asegurando un gasto cardíaco adecuado. La clasificación de marcapasos incluye dispositivos monocamerales, bicamerales y biventriculares, cada uno de ellos adaptado a necesidades clínicas específicas. Los marcapasos unicamerales estimulan la aurícula o el ventrículo, mientras que los dispositivos bicamerales coordinan las contracciones auriculares y ventriculares para imitar el ritmo cardíaco natural. Los marcapasos biventriculares, o dispositivos de terapia de resincronización cardíaca (TRC), se emplean en pacientes con insuficiencia cardíaca y disincronía ventricular para mejorar la función sistólica y reducir los síntomas. Las indicaciones para la implantación de marcapasos varían desde bradiarritmias, como el síndrome del seno enfermo y el bloqueo auriculoventricular, hasta insuficiencia cardíaca avanzada que requiere TRC. Los avances tecnológicos han llevado al desarrollo de marcapasos sin cables y dispositivos con batería de mayor duración, que ofrecen opciones mínimamente invasivas y reducen complicaciones como la fractura del cable y la infección. Además, algunos marcapasos modernos incorporan capacidades de monitorización remota, lo que permite a los médicos realizar un seguimiento del rendimiento del dispositivo y del estado del paciente en tiempo real. La toma de decisiones clínicas con respecto a la selección y programación del marcapasos depende de factores específicos del paciente, incluida la patología cardíaca subyacente, las comorbilidades y el estilo de vida. Si bien los beneficios de los marcapasos están bien documentados, las posibles complicaciones, como infección, desprendimiento de cables o mal funcionamiento del dispositivo, requieren un seguimiento y manejo cuidadosos.