Rosana Bretón Pérez, María Isabel Lumbreras Martínez, María García Gallego, Mariola Sánchez Garín, María Borraz Viver, Olga Morales Abajo
El síndrome febril en pacientes con úlceras por decúbito es una complicación grave que requiere una gestión cuidadosa, especialmente en entornos de cuidados a largo plazo. La prevención efectiva y el manejo de las úlceras por decúbito son fundamentales para evitar la infección y el consecuente síndrome febril. Las estrategias de prevención incluyen la evaluación de riesgos, cambios regulares de posición y un cuidado meticuloso de la piel. En caso de fiebre, es crucial una intervención temprana y un manejo adecuado, que puede incluir la administración de antipiréticos y antibióticos, así como un cuidado avanzado de las heridas. La educación del paciente y de los cuidadores es esencial para la prevención y el manejo de estas condiciones. La enfermería juega un papel decisivo en todas las etapas, desde la prevención hasta el tratamiento y la educación, asegurando una atención integral y mejorando los resultados de salud del paciente. La colaboración interdisciplinaria y la investigación continua son clave para desarrollar prácticas basadas en la evidencia y mejorar la calidad de la atención. Este enfoque integral tiene como objetivo reducir la incidencia de úlceras por decúbito y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados.
Febrile syndrome in patients with pressure ulcers is a serious complication that requires careful management, especially in long-term care settings. Effective prevention and management of pressure ulcers are essential to avoid infection and consequent febrile syndrome. Prevention strategies include risk assessment, regular position changes, and meticulous skin care. In case of fever, early intervention and appropriate management is crucial, which may include the administration of antipyretics and antibiotics, as well as advanced wound care. Patient and caregiver education is essential for the prevention and management of these conditions. Nursing plays a decisive role in all stages, from prevention to treatment and education, ensuring comprehensive care and improving patient health outcomes. Interdisciplinary collaboration and ongoing research are key to developing evidence-based practices and improving the quality of care. This comprehensive approach aims to reduce the incidence of pressure ulcers and improve the quality of life of affected patients.