Paola Paco Sesé, Lucía Subías Sánchez, Marina Angusto Satué, Nadia Abril Ruiz, Rosa Naval Garcés, Alejandro Torres Ruiz
La parada cardiorrespiratoria (PCR) se considera una de las principales causas de muerte de España, así como en los países desarrollados, produciéndose aproximadamente 275.000 casos anualmente en España. Es de particular interés el síndrome post-parada cardíaca, ya que produce reacciones inflamatorias dañinas y secuelas neurológicas.
La terapia de hipotermia terapéutica (HT) se ha considerado como una estrategia eficaz para reducir la inflamación y la muerte celular después de la reanimación. Se describen estudios que respaldan su uso y que proporcionan evidencia de una correcta recuperación neurológica y una disminución de la mortalidad a largo plazo. Durante el proceso de la HT se pretende controlar y reducir la temperatura corporal a 32-34ºC durante 12-24 horas para limitar el daño neurológico post-PCR. Existen varios métodos de enfriamiento, tanto invasivos, como no invasivos, y además se destaca las indicaciones y contraindicaciones para su uso, así como las etapas del tratamiento.
La HT trae consigo una serie de reacciones adversas asociadas, en las que se incluyen las complicaciones cardiovasculares, pulmonares, gastrointestinales, renales, metabólicas, hematológicas y neurológicas. A pesar de ello, esta terapia se considera el tratamiento estándar para los pacientes en coma post-PCR, especialmente por fibrilación ventricular, aunque su uso en otras patologías aún no está completamente establecido. Se destaca la importancia de continuar la investigación para optimizar los protocolos de tratamiento.
Cardiorespiratory arrest (CRA) is considered one of the leading causes of death in Spain, as well as in developed countries, with approximately 275,000 cases occurring annually in Spain. Of particular interest is the post-cardiac arrest syndrome, as it produces harmful inflammatory reactions and neurological sequelae.
Therapeutic hypothermia (HT) therapy has been considered an effective strategy to reduce inflammation and cell death after resuscitation. Studies are described that support its use and provide evidence of successful neurological recovery and decreased long-term mortality. During the HT process, the aim is to control and reduce body temperature to 32-34°C for 12-24 hours to limit post-PCR neurological damage. There are several methods of cooling, both invasive and non-invasive, and the indications and contraindications for their use, as well as the stages of treatment, are highlighted.
HT brings with it a number of associated adverse reactions, including cardiovascular, pulmonary, gastrointestinal, renal, metabolic, haematological, haematological and neurological complications. Despite this, this therapy is considered the standard treatment for patients in post-PCR coma, especially for ventricular fibrillation, although its use in other pathologies is not yet fully established. The importance of further research to optimise the use of this therapy in other pathologies is emphasised.