Clostridioides difficile es una bacteria anaeróbica, grampositiva y formadora de esporas que, pese a ser inicialmente detectada en neonatos, se ha convertido en la principal causa de diarrea en pacientes en cuidados hospitalarios. Su difusión sucede mediante esporas capaces de resistir condiciones ambientales desfavorables, tales como oxígeno y calor, lo que simplifica su transmisión y persistencia. En Europa, esta bacteria tiene un vínculo con más de 120,000 infecciones anuales, impactando también a pacientes saludables en la comunidad. El porcentaje de mortalidad asociado a C. difficile es del 5%, y la infección puede oscilar entre manifestaciones leves hasta complicaciones serias como colitis pseudomembranosa y megacolon tóxico. Los antibióticos, en particular las cefalosporinas, representan factores de riesgo significativos para el surgimiento de infecciones, dado que modifican la flora bacteriana normal y promueven la multiplicación de C. difficile. Respecto al diagnóstico, se emplea un método de dos etapas, que comprende exámenes de toxinas y amplificación de ácidos nucleicos. La terapia para C. difficile se fundamenta en antibióticos como la vancomicina y la fidaxomicina, siendo esta última más eficaz en la prevención de recaídas. Las enfermeras desempeñan un rol vital en la gestión de estos tratamientos, el seguimiento de los efectos secundarios y la instrucción del paciente acerca de la relevancia de finalizar el ciclo de antibióticos y evitar la diseminación de la bacteria.
Clostridioides difficile is a Gram-positive, anaerobic, spore-forming bacterium that, although initially detected in newborns, has become the main cause of diarrhea in patients in hospital care. It spreads through spores that are able to withstand unfavorable environmental conditions, such as oxygen and heat, which simplifies its transmission and persistence. In Europe, this bacterium is linked to more than 120,000 infections annually, also impacting healthy patients in the community. The mortality rate associated with C. difficile is 5%, and the infection can range from mild manifestations to serious complications such as pseudomembranous colitis and toxic megacolon. Antibiotics, particularly cephalosporins, represent significant risk factors for the emergence of infections, since they modify the normal bacterial flora and promote the multiplication of C. difficile. Regarding diagnosis, a two-stage method is used, which includes toxin tests and nucleic acid amplification. Therapy for C. difficile is based on antibiotics such as vancomycin and fidaxomicin, the latter being more effective in preventing relapses. Nurses play a vital role in managing these treatments, monitoring side effects, and educating patients about the importance of completing the course of antibiotics and preventing the spread of the bacteria.