María Blas Sánchez, Sandra Ágreda Gutiérrez, Sofía Benedí Forcén, Sofía Fuentes Carabantes, María Jesús Jarabo Carcas, Octavia Denisa Podar
El entrenamiento de fuerza, también conocido como entrenamiento de resistencia, ha sido ampliamente estudiado por sus beneficios sobre la salud física y mental. Esta revisión sistemática evaluó los impactos de este tipo de ejercicio en varios sistemas del cuerpo del ser humano. En el ámbito musculoesquelético, los estudios indican que el entrenamiento de fuerza es crucial para aumentar la masa muscular y prevenir la sarcopenia en adultos mayores, por ejemplo. Además, se ha demostrado que mejora la densidad ósea, lo que reduce el riesgo de osteoporosis, especialmente en mujeres tras la menopausia.
En cuanto a la salud metabólica, el entrenamiento de fuerza mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a reducir la grasa corporal, incluida la grasa visceral, un factor clave en la prevención de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Los estudios revisados también muestran que el entrenamiento de resistencia contribuye a reducir la tensión arterial, mejorando así la salud cardiovascular.
En el ámbito psicológico, la evidencia respalda que el ejercicio de fuerza puede reducir los síntomas de ansiedad y depresión, y mejorar la autoestima y la percepción de la imagen corporal.
En conclusión, el entrenamiento de fuerza ofrece una amplia gama de beneficios que abarcan desde la mejora física hasta el bienestar mental, y es una herramienta eficaz tanto para la prevención como para el tratamiento de enfermedades crónicas.
Strength training, also known as resistance training, has been widely studied for its benefits on physical and mental health. This systematic review evaluated the impacts of this type of exercise on various human body systems. In the musculoskeletal domain, studies indicate that strength training is crucial for increasing muscle mass and preventing sarcopenia in older adults, for example. Furthermore, it has been shown to improve bone density, reducing the risk of osteoporosis, especially in postmenopausal women.
Regarding metabolic health, strength training improves insulin sensitivity and helps reduce body fat, including visceral fat, a key factor in the prevention of cardiovascular and metabolic diseases. The reviewed studies also show that resistance training helps lower blood pressure, thereby improving cardiovascular health.
In the psychological domain, evidence supports that strength training can reduce symptoms of anxiety and depression, as well as improve self-esteem and body image perception.
In conclusion, strength training offers a wide range of benefits, from physical improvement to mental well-being, and is an effective tool for both the prevention and treatment of chronic diseases.