Ángel Cavazos Garza, Eduardo Antonio Treviño Barbosa, Karina Yazmín Balderas Osorio, Itzel Osorio Lezama, Sergio Ángel Hurtado Martínez
Introducción: Los malos hábitos de alimentación y actividad física, se gestan en la adolescencia por una actitud desfavorable hacia estos y tienen repercusiones negativas en la salud. El modelo cognitivo-conductual es eficaz en la modificación de las actitudes y hábitos. Objetivo: Estimar el efecto de una intervención cognitivo-conductual breve sobre la actitud de adolescentes ante la alimentación y actividad física. Material y métodos: Estudio cuasiexperimental, en secundarias de Orizaba, Veracruz, México. Se aplicaron somatometría y escalas de actitudes hacia la alimentación y la actividad física; posteriormente se llevó a cabo una intervención grupal cognitiva breve dividida en cinco sesiones, con ulterior aplicación de las mismas escalas de actitudes. Resultados: Tras la intervención se obtuvieron medias de 41.20 y 37.99 en las escalas, ante previas de 33.99 y 31.39 respectivamente, pruebas de Wilcoxon W = 128.5, r = 0.85, p < 0.001 para actitudes hacia alimentación y W = 875, r = 0.73, p < .001 hacia actividad física. Se encontró una asociación por chi cuadrada χ² = 33.28, p < 0.001 entre ambas escalas. Discusión y conclusión: Los adolescentes con tendencia hacia malas actitudes hacia alimentación, también las tienen actividad física, la intervención resultó efectiva en la modificación de las actitudes hacia la alimentación y actividad física.
Introduction: Poor eating and physical activity habits are established in adolescence due to unfavorable attitudes towards these and have negative health consequences. The cognitive-behavioral model is effectively modifying attitudes and habits. Objective: To estimate the effect of brief cognitive intervention on attitudes of adolescents towards eating and physical activity. Materials and methods: A quasi-experimental study was conducted in secondary schools in Orizaba, Veracruz, México. Attitude scales towards eating and physical activity, and somatometry were applied; subsequently, a brief cognitive group intervention divided into five sessions was carried out, with a subsequent application of the same attitude’s scales. Results: After the intervention average on survey scores were 41.20 and 37.99 from the previous 33.99 and 31.39, respectively, Wilcoxon test W = 128.5, r = 0.85, p < 0.001 in attitudes towards alimentation and W = 875, r = 0.73, p < 0.001 for physical activity. A chi square between attitude’s scales χ² = 33.28, p < 0.001 was found. Discussion and conclusion: Adolescents with tendency to have poor attitudes towards eating also have them towards physical activity; the intervention was effective modifying attitudes towards eating and physical activity.