Ainara Andrés Ruiz, Eva Gloria Molins González, Juan Pedro Lizandra Miguel, Carlota Valenzuela Román, Alicia Martel Aréjula
La tendinitis de la articulación glenohumeral o escápulohumeral, es un diagnóstico a menudo usado por los facultativos médicos, pero que desde el punto de vista fisioterápico solamente aporta información de la localización física de la lesión. Sabemos que la articulación glenohumeral, es una articulación perteneciente al grupo de las enartrosis.
Los medios de unión de dicha articulación son: la cápsula articular, los ligamentos glenohumerales, los ligamentos coracoacromiales, el ligamento coracohumeral y los tendones periarticulares.
Para que los movimientos puedan ser realizados, el hombro ha tenido que sacrificar parte de su estabilidad. Está dada por dos tipos de componentes: los estabilizadores dinámicos y estáticos.
En los rangos medios de movimiento, los ligamentos están más laxos y la estabilidad es producto de la compresión articular de la acción del manguito de los rotadores contra la cavidad glenoidea; mientras que, en los rangos más extremos del movimiento, los ligamentos se tensan, pasando a ser los principales limitadores del movimiento.
El principal estabilizador dinámico es el manguito rotador. Este corresponde a un grupo de cuatro músculos periarticulares, cuyos tendones se insertan en las tuberosidades mayor y menor del húmero y que intervienen como ligamentos activos de la articulación. Son el subescapular, supraespinoso, infraespinoso y redondo menor.
Teniendo en cuenta la complejidad de la articulación citada (a nivel estructural y funcional), de su amplio rango de movimiento, de la implicación de la articulación del hombro en prácticamente todos y cada una de las actividades de la vida diaria, este caso práctico pretende servir de orientación en el tratamiento de esta patología a través de técnicas miofasciales, como la punción seca miofascial, el tratamiento de puntos gatillo y los estiramientos con espray.
Tendinitis of the glenohumeral or scapulohumeral joint is a diagnosis often used by medical practitioners, but from the physiotherapy point of view it only provides information on the physical location of the injury. We know that the glenohumeral joint is a joint belonging to the group of enarthrosis.
The connection points of this joint are: the joint capsule, the glenohumeral ligaments, the coracohumeral ligaments and a coraacromion ligaments and the periarticular muscles.
In order for the wide-ranging movements of the shoulder complex to be performed, the shoulder has had to sacrifice some of its stability. This stability is given by two types of components: dynamic and static stabilizers. In the middle ranges of motion, the ligaments are lax and stability is given by joint compression and by the action of the Rotator Cuff; while in the most extreme ranges of motion the ligaments are tightened, becoming the main limiters of movement.
The main dynamic stabilizer is the Rotator Cuff. This corresponds to a group of four periarticular muscles, whose tendons are inserted into the greater and lesser tuberosities of the humerus and which act as active ligaments of the joint. They are: The Subscapular, Supraspinatus, Infraspinatus, Suprascapular and Teres Minor.
Considering the complexity of the joint (at a structural and functional level), its wide range of motion, and the important and fundamental involvement of the shoulder joint in practically every one of the activities of daily life, this clinical case aims to serve as a guide in the treatment of this pathology through myofascial techniques (trigger points, stretch-spray and myofascial dry needling.