El ictus es una enfermedad de gran impacto personal y social. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) cada año se producen en España entre 110.000 y 120.000 nuevos casos de ictus y, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el año pasado, más de 24.000 personas fallecieron debido a un ictus y más de 34.000 personas desarrollaron una discapacidad por esta enfermedad. El ictus constituye la segunda causa de muerte en mujeres en España y la tercera causa en ambos sexos1.
La actuación sobre los hábitos de vida constituye una piedra angular en la prevención primaria y secundaria del ictus. La abstinencia o cese del hábito tabáquico, el cese del consumo excesivo de alcohol, evitar la exposición a estrés crónico, evitar el sobrepeso o la obesidad, seguir una dieta mediterránea, así como la práctica regular de actividad física son medidas fundamentales para reducir el riesgo de sufrir un ictus.
La modificación de estos estilos de vida y el tratamiento farmacológico adecuado de la hipertensión arterial, diabetes méllitus y dislipemia según criterios de prevención primaria y secundaria se recomiendan en la prevención de ictus isquémico.
Stroke is a disease of great personal and social impact. According to data from the Spanish Society of Neurology (SEN), between 110,000 and 120,000 new cases of stroke occur in Spain every year and, according to data from the National Statistics Institute (INE), last year more than 24,000 people died as a result of stroke and more than 34,000 people developed a disability due to this disease.
Action on lifestyle habits is a cornerstone in the primary and secondary prevention of stroke. Abstinence or cessation of smoking, cessation of excessive alcohol consumption, avoiding exposure to chronic stress, avoiding being overweight or obese, following a Mediterranean diet, as well as regular physical activity are fundamental measures to reduce the risk of suffering a stroke.
Modification of these lifestyles and appropriate pharmacological treatment of arterial hypertension, diabetes mellitus and dyslipidemia according to primary and secondary prevention criteria are recommended in the prevention of ischemic stroke.