La obesidad es uno de los principales desafíos a nivel global. La complejidad del problema y su origen multifactorial hacen que deba abordarse de manera integral por parte de las distintas administraciones públicas y, en particular, por el sistema de salud, con atención continuada en Atención Primaria y hospitalaria, constituyendo una prioridad en Salud Pública. En el caso de la obesidad infanto-juvenil, la prevalencia se ha triplicado mundialmente entre 1990 y 2021, y se prevé que siga aumentando especialmente hasta 2030 en todas las poblaciones y regiones, alcanzando en 2050 las estimaciones del 15,6% entre los cinco y catorce años de edad y del 14,2% entre los quince y veinticuatro. En España se observa una estabilidad, e incluso un ligero descenso, de esta prevalencia en los últimos años, aunque solo en familias de clases sociales o con rentas más altas que, en cualquier caso, evidencia un claro gradiente social que obliga a contar con un enfoque de equidad e intersectorial si queremos desarrollar políticas y actuaciones efectivas.