La emergencia epidémica de la poliomielitis en Europa a finales del siglo XIX y su progresión epidémica global en las décadas siguientes generó gran inquietud social e impulsó la lucha internacional frente a la enfermedad, especialmente desde 1953, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) la consideró un problema importante de Salud Pública internacional. España registró pequeños brotes, que cobraron mayor intensidad tras la Guerra Civil y, sobre todo, desde 1950. A mediados de esa década se dispuso de las primeras vacunas en EE.UU. y Europa, que se convirtieron en las herramientas principales para controlar la polio. En España, Florencio Pérez Gallardo, desde la Escuela Nacional de Sanidad, lideró los trabajos para estudiar la magnitud de la enfermedad y producir su propia vacuna, requiriendo apoyo internacional. En el marco de la historia social de la medicina y utilizando fuentes variadas, la estrategia española de vacunación se ubica en el contexto europeo, poniendo de relieve el retraso en su inicio y las deficiencias en su materialización. Además, se analiza el papel desempeñado por las estancias internacionales de investigación de Pérez Gallardo y su equipo para superar algunas limitaciones y, en 1963, efectuar la primera campaña nacional de inmunización con vacuna Sabin envasada por los laboratorios IBYS, mostrando el peso que tuvieron en ello sus relaciones internacionales, particularmente con Albert Sabin