Tras la pandemia de la COVID 19, se pudo ver las costuras de los sistemas sanitarios. En un contexto de gasto sanitario creciente, con falta de recursos materiales y humanos, en el que el acceso a los sistemas de salud es desigual y en el que los errores evitables derivados de la atención sanitaria causan miles de muertes al año, la inteligencia artificial (IA) ha supuesto una revolución en el campo de la salud. Y teniendo en cuenta que los servicios de urgencias deben gestionar altos volúmenes de pacientes, con una demanda creciente, recursos limitados y toma de decisiones sensibles al mismo tiempo, las aplicaciones de IA tienen el potencial de mejorar los resultados del paciente, optimizar la utilización de los recursos (reducción de costes), apoyar la toma de decisiones clínicas en situaciones sensibles y minimizar las limitaciones humanas y reducir los errores (sesgos cognitivos y fatiga).
The COVID-19 pandemic exposed the vulnerabilities of healthcare systems. In a context of increasing healthcare expenditure, with a short-age of material and human resources, where access to health systems is unequal and where preventable errors resulting from healthcare cause thousands of deaths annually, artificial intelligence (AI) has brought about a revolution in the field of health. Considering that emergency services must manage high volumes of patients, with increasing demand, limited resources, and time-sensitive decision-making, AI applications have the potential to improve patient outcomes, optimize resource utilization (cost reduction), support clinical decision-making in critical situations, and minimize human limitations and reduce errors (cognitive biases and fatigue).