Valladolid, España
Madrid, España
El paciente ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos requiere una vigilancia de multitud de parámetros y un tratamiento agresivo durante un período de tiempo que puede ir de unas pocas horas a varios días, o incluso semanas. Esta situación condiciona un deterioro del estado nutricional y funcional que puede dar lugar a una entidad denominada Debilidad Muscular Adquirida en UCI (ICU aquired weakness), que se puede presentar hasta en el 65% de los pacientes ingresado en la UCI, en relación con la edad del paciente, la severidad de la patología y el tiempo pasado en la Unidad Esta situación se relaciona con un deterioro de la función física, un deterioro de la capacidad cognitiva y un incremento de la mortalidad a 1 año.
La debilidad muscular adquirida en UCI se produce en relación con una atrofia muscular debido a la degradación muscular y el deterioro en el reclutamiento muscular; una alteración en la contractilidad y la neuropatía periférica característica del paciente crítico que interfiere en el mantenimiento del trofismo muscular. El deterioro muscular y funcional del paciente ingresado en UCI depende de las comorbilidades y el estado nutricional previos; durante el ingreso en UCI la severidad de la patología y las terapias utilizadas durante el mismo además de la inmovilización y el tratamiento médico nutricional se relaciona con la pérdida de la calidad y cantidad del músculo; y, por tanto, la pérdida de la función del mismo.
En resumen, la debilidad adquirida en UCI se relaciona con la situación inflamatoria aguda, la inmovilización del paciente, la desnutrición y la alteración en la reparación y regeneración que ello conlleva.
Al utilizar los criterios de la Global Leadership Initiative on Malnutrition (GLIM) en paciente crítico muestra una prevalencia de desnutrición del 47,8%Por esta razón, según las últimas guías de la Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo (ESPEN) debe considerarse a todo paciente ingresado en la UCI como paciente en riesgo de desnutrición para la vigilancia nutricional intensiva y el inicio temprano del tratamiento médico nutricional para la prevención de la desnutrición. El diagnóstico de esta entidad se basa en la exploración física a través de la escala de la Medical Research Council (MRC) que puntúa la capacidad de contracción de distintos grupos musculares o a través de la utilización de la dinamometría de mano, siempre que sea posible Si se sospecha la presencia de debilidad, se realizará una dinamometría de mano, si tiene un valor alterado, se realizará la exploración de la Medical Research Council, que si es positiva requerirá de rehabilitación y tratamiento médico nutricional intensivo. En caso de no mejoría habría que evaluar un daño más severo mediante técnicas de neurofisiología o, incluso, biopsia muscular El principal objetivo del médico es la prevención del deterioro muscular durante el ingreso en UCI. Si no es posible, la detección y tratamiento precoces de esta entidad pueden mejorar su evolución. Esta prevención según Wischmeyer et al. se basa en el algoritmo ABCDEFG que consiste en el despertar temprano, la coordinación respiratoria adecuada, la utilización de sedación ligera, evitando benzodiazepinas; la monitorización y manejo óptimo del delirium; la movilización y ejercicio tempranos; la alimentación temprana con un aporte proteico ajustado; lo que conseguirá el crecimiento muscular y la ganancia de función del mismo.
Desde el punto de vista nutricional clásicamente se ha considerado como óptimo un aporte calórico incrementado, a expensas de hidratos de carbono en el inicio de la nutrición en el paciente crítico debido a la situación hipercatabólica.
No obstante, el incremento de las hormonas de estrés se asocia a un incremento de la disponibilidad de glucosa y a un incremento del catabolismo proteico. Por esta razón es importante el aporte proteico temprano, para contrarrestar este catabolismo y destrucción muscular. De hecho, el aporte proteico disminuido en las primeras fases de la enfermedad crítica se ha asociado a un incremento de la mortalidad y la estancia media. Por otra parte, un aporte energético excesivo puede asociarse al síndrome de realimentación, un peor control glucémico y una tolerancia alterada a la nutrición implantada. Por esta razón, en el paciente crítico es importante el inicio del tratamiento nutricional de manera progresiva para 25 la prevención del síndrome realimentación con un alcance temprano de los requerimientos proteicos.
En resumen, el paciente ingresado en uci tiene un riesgo aumentado de deterioro muscular que puede influir en la capacidad funcional al alta. el deterioro muscular en el paciente post-UCI está muy influenciado por el estado nutricional y la inmovilidad. para la prevención de complicaciones es básica la detección de los pacientes de riesgo. por último, la prevención y el tratamiento del deterioro muscular durante el ingreso y la fase de hospitalización post-UCI se basa en la optimización del soporte nutricional y rehabilitación tempranos.